UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

miércoles, 30 de octubre de 2013

VOLVER A LA VIDA. AL AMOR

Me levanté despacio y deje paso al personal de enfermería. Corrieron la cortina y tu imagen desapareció tras ella. Esa fue la última vez que te vi.
Te habías ido dejándome huérfana de tus palabras, de tus miradas, de tus caricias, de tus besos. En mi memoria quedaron grabados los gestos mortuorios de tu amado rostro. Tu cuerpo, cubierto por una sábana blanca, inerte. El silencio se instaló entre tú y yo.
El personal del hospital, amable y eficazmente me informó de que me fuera a descansar ya que esllo se ocuparían de todo. Solo hacía falta que les dijera a qué funeraria deseaba que llamaran. El adiós definitivo , en sus comienzos es así de corto, práctico y eficiente. Casi no duele.
No quise coger el ascensor. El contacto con la gente me molestaba, sus comentarios, sus miradas. Era como si quisieran hurgar en mi interior. Todavía tenía la sensación de tu tacto, frío y tu cara de cera grabadas en mi mente. Bajé por las escaleras parándome para leer qué especialidades había en cada planta. Pienso que era una forma de anestesiar el presente.
Me quedé parada un rato en la cuarta planta. Maternidad. No es que echara de menos ser madre. Nunca me lo plantee. Nuestra relación era tan rotunda que lo llenaba todo. Instintivamente me adentré por  el pasillo al que daban las puertas de las habitaciones. Las flores eran una constante en todas ellas, incluido el control de enfermeras. Primorosos centros y ramos de todas la flores para agasajar a la madre y a la nueva criatura.. El perfume infantil se mezclaba con el de la asepsia hospitalaria.
De repente, lo oí . Lloraba con fuerza, a pleno pulmón. Un pequeño ser, de pocas horas de vida, era conducido en su nido transparente hacia la habitación de su madre. El corazón me dio un vuelco, en ese llanto reconocí algo familiar. No podía dejar de mirarlo. Acompañé a la enfermera hasta la habitación y entré con ella. Me debió de tomar por conocido de la recién parida, porque no se extrañó de mi entrada en la estancia. La madre lo recibió con una gran sonrisa en los labios en infinito amor en su mirada, tanto que escapa por sus poros llenando la habitación.
Cuando salió la enfermera, me presenté. Le conté algo de una espera al nacimiento de alguien familiar, tal vez un sobrino y le pedí que me dejara ver a su hijo.
Ahí estabas tú nuevamente, tus ojos almendrados, tu piel morena, los hoyuelos de tus mejillas, que tanto me gustaban cuando sonreías. Lo sabía, dentro de mí, lo sabía. Sabía que no me ibas a dejar sola.
Te habías ido hacía unas horas, pero ya estabas nuevamente aquí, a mi lado. Cogí la pequeña mano y la acaricié llevándomela a los labios para besarla con amor. Unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Otra oportunidad de vivir nuevamente otra vida, juntos. Ahora ya sabía que me tenía que ir para volver a estar junto a ti.
Salí al frío de la calle. Mi mente embotada por lo vivido últimamente no se percató de los focos que venían directos hacia mí. El sonido del claxón, el chirriar de las ruedas al frenar. Giré la cabeza, pero no me dió tiempo a reaccionar. Oscuridad, después la nada.
Ya faltaba poco para volver a estar juntos, otra vida. La eternidad.

domingo, 27 de octubre de 2013

EN SECANO


Por favor, dónde está mi musa, dónde sus susurros en mi oído?. Me ha abandonado y no quiere volver a mí. La entiendo.Hay tantas cosas, tantos cachivaches en mi mente que se pierde y tropieza, no puede caminar libremente llevándome de la mano para poner en palabras lo que siente.
Anoche, la abandoné, nada más que llegara. Vino con tanta fuerza y me encontró tan cansada, que me dí media vuelta y me metí en la cama. Sé que se ha enfadado, porque me he despertado varias veces con su voz en mi cabeza, con sus ideas, con sus palabras, ya casi gritadas, creo que por el enfado.
LLevo varios días, que digo días, digo semanas, que las palabras se estrellan contra el ruido y las escenas del recuerdo y las preocupaciones del futuro y la no aceptación del presente. Se estrellan y no salen y ella, mi amiga musa, las recoge con cariño, las recompone y las pone en su sitio para que salgan.
Me iré a comprar un saco de silencio, para esparcirlo a mi alrededor, cerraré los ojos, abriré los brazos y me dispondré a que las palabras fluyan para poder plasmarlas en el papel. Tal vez así vuelva.
(P.I.)

UNOS OJOS


Miré la foto una y otra vez. Intente ver en el fondo de esos ojos que me miraban los pensamientos que escondían.
No tendría más de ocho o diez años. Ojos negros, grandes, rasgados, enmarcados por unas pestañas tupidas y largas. Gritaban una tristeza y un desamparo ilógico en la edad de esa criatura. La inocencia gritaba el adiós obligado por unas circunstancias a las que no eran ajenas ciertos individuos de traje y buenas palabras.
En esa carita solo los ojos gritaban, los labios, tibios, donde debía estar una sonrisa eterna y feliz estaban sellados, silenciosos.
Yo no podía dejar de mirar la imagen, lo que en ella se representaba. Tal vez el fotógrafo no quiso retratar a una niña desarropada, sucia y hambrienta, de ojos tristes que gritaban al mundo la desidia de esa opulencia que era el verdadero motivo de la instantánea y sin embargo, en un claro segundo plano salía ella, rompiendo la magia y la belleza efímera de oropeles falsos, tan falsos como la caridad de quien se publicitaba con todas esa parafernalia, para mostrar al mundo la basura de un alma corrompida por el poder y el dinero.
Pienso que la inmensa mayoría vimos antes esa carita que nos hizo retorcernos en nuestra comodidad cotidiana y que nos dejó presos de unos ojos difíciles de olvidar.
(P.I.)

miércoles, 23 de octubre de 2013

UN NUDO


Tengo ahí, en el centro de mi cintura un nudo que me impide respirar. Por más que lo intento el aire no pasa, el agua no pasa, la tierra no nutre y mis raíces empiezan a fallecer.

Abro y cierro la boca como un pez fuera del agua. El nudo sigue ahí, aprieta, aprieta el alma.

El miedo crece y la hora se acerca. Me falta aire, me falta vida. Cierro los ojos y todo se vuelve negro, el túnel es angosto, largo, muy largo. En la lejanía oigo como un pitido sordo, ronco, me imagino un tren, pero está lejos.
Quiero echar a correr, pero no puedo, el nudo, el aire, la tierra, las raíces, el miedo, todo me lo impide.
Abro los ojos, el día está triste, llueve. El despertador suena. Lo apago. Siento, siento un nudo ahí, en el centro de mi cintura. La hora se acerca. La despedida. El adiós.

(P.I.) (FRAGMENTO DE: UN SUEÑO)

domingo, 20 de octubre de 2013

EL SONIDO DEL ACORDEON

La vio sentada, con la mirada perdida en un punto distante, miraba sin ver. La sonrisa helada era más una mueca que el reflejo de un pensamiento dulce, armónico. La melena despeinada decía en silencio y sin palabras el tiempo pasado en el mismo sitio, con el mismo dolor, con la misma desolación. El vaso vació.
La música embriagaba sus sentidos, completando la que le producía el alcohol ingerido en una noche de locura, de desespero, del olvidar lo que no se deja olvidar.
El sonido del acordeón le llevo nuevamente a las calles de Montmartre, a las escaleras de pintura vieja, ajada, sucia, con escalones de madera desgastados por el tiempo y por el uso. A las risas claras y frescas como el agua del manantial. A la pasión revuelta con las sabanas que cubrían su cuerpo, su amado, su deseado cuerpo. Eses cuerpo que idolatró y por el que  hubiera cometido mil locuras. Mil más de las que ya cometió.
La vio sentada en el otro extremo de la barra y la música del acordeón los envolvió. Nuevamente iba a cometer una locura. No le importó el recuerdo, el dolor, que le había hecho llegar hasta ahí .Todavía le quedaban novecientas noventa y nueve. Solamente la vio sentada y la amo.

http://www.youtube.com/watch?v=iKkVciKgOHE

Astor Piazzolla - Vuelvo al sur (Koop remix)

martes, 15 de octubre de 2013

LA CENICIENTA QUE NO QUISO COMER PERDICES



La Cenicienta tenía tantas, tantas ganas de ir a la fiesta.....que al final lo consiguió. Pero se puso tan ansiosa, que a la mañana siguientes no se acordaba de nada (Llego a las 12, pero a las 12 del día siguiente) y ahí estaban esos dos señores con EL ZAPATO DE CRISTAL, de tacón de palmo y de punta, esperando para que se lo probara. Al principio no le cabía el pie, pero apretó y apretó hasta que el "cabio" y metió la pata, ¡ porque se tuvo que casar con el príncipe!.

Al príncipe le encantaban las perdices, pero Cenicienta era vegetariana y no comía carne ni pescado, ni llevaba chupa de cuero, pero aún así tenía que cocinar las perdices porque eran la comida preferida del príncipe.

Se las cocinaba al horno, rellenas, fritas, a la plancha, en escabeche..........

¡ Estas estan saladas!, ¡ estas están crudas!, ¡ estas están quemadas!, gritaba el príncipe malhumorado, porque nunca le cocinaba las perdices a su gusto. ¡ Qué disgusto!.

Y lo peor: tenía que ir subida en los zapatos de cristal, de tacón de palmo y punta..... ¡ Qué vertigo !.

Al principio intentó poner la espalda recta, pero se caía hacia atrás, así que se fue inclinando y por su espalda se fueron deslizando todas las ideas e ilusiones. Y la planta del pie,chafada completamente. ¡ Eso es horrible, en la planta del pie están reflejados todos nuestros órganos! ¿ Qué hacemos en occidente con todos nuestros órganos chafados?

¡ No, si es que aquí no se practica la ablación, porque no saben por donde cortar!

Cenicienta cada vez se encontraba peor: enferma, deprimida, perdida.

Un día decidió contarlo: ¡ Qué rollo de príncipe, de zapatos y de perdices!

- "No te quejes de los zapatos, mi príncipe es moderno y yo voy subida en unas plataformas de medio metro" dijo la vecina moderna.

- "No te quejes, a mi príncipe le encantan las vacas y necesito ocho microondas para calentarle la cena" dijo la amiga autóctona.

- "No te quejes, ¿dónde vas a estar mejor que con un príncipe?" dijo la reina madre.

- "Pero, ¿ tú no eres vegetariana y te gusta andar descalza? dijo el colega republicano con perro




Así que Cenicienta se confundió más por los comentarios de la gente, dejo de contarlo y se quedo sola. Sólo tenía a su príncipe "amado", la espalda torcida, los pies chafados y el corazón destrozado.

Y un día tuvo la suerte de verse a sí misma ¿ Quién es la última? Y le dio por reírse de sí misma, de lo inocente que había sido, pensado que el príncipe la salvaría. Después de años viviendo con uno se dio cuenta que los príncipes no salvan.....ni los camioneros, ni los disjokeys, ni los pasteleros.......

Dejó de sentirse culpable, se perdono y se dio cuenta de que la única capaz de salvarte eres TÚ MISMA.

Así que dijo ¡BASTA! y apareció el hada que era una basta (he de contaros que las hadas son gorditas, peludas y morenas y que están dentro de nosotras y salen cuando dices. ¡ basta!

En cuanto la hada vio a Cenicienta, la abrazó y la estrujo. Cenicienta en el momento que se vio recogida, se puso a llorar. ¡ Hacía tanto, tanto que no lloraba!

Primero empezó a llorar por el príncipe, por tantas perdices muertas, por los zapatos. Luego siguió llorando al recordar a su madrastra que la maltrataba, que su padre la trataba peor, que sus hermanas casi se mueren por utilizar una 38 de Zara. Lo lloro todo, todo....(hasta lo que nació en el hospital, en vez de en casa). Lloró también dos vidas anteriores, por si acaso, (para no repetir karma) y se sintió mejor que nunca ¡VACÍA! (con el miedo que le daba a ella quedarse vacía)

Ahora sólo tenía que llenarse cosas bonitas.

En primer lugar dejo al príncipe, a pesar de que es tan difíciles dejarlos que a veces repites hasta 2 o 3 príncipes más. Luego dejo los zapatos y las perdices.




Una vez sola, descubrió que quería disfrutar de su cuerpo que tan castigado había estado.

Descubrió la danza libre, que no es tan libre, pero que te hace sentir libre. Esta danza da igual que calces un 42, peses 90 K., midas 1, 92 o tengas 80 años.

Y así fue como encontró en el camino la transformación de otros seres:

A la Ratita Presumida, le dio por engordar y ahora liga más.

A Bella Durmiente y Blancanives están empezando a despertar ( a desintoxicarse del Prozac)

La Caperucita Roja, le había salido violento el cazador, debido a sus dioptrías emocionales, no le vio la escopeta.

Pinocho, harto de mentiras, necesitaba encontrar la verdad y El Hombre de >Hojalata, que llorando, llorando, encontró su corazón.

Una vez libres, pudieron realizar sus sueños, ayudándose entre sí. Cenicienta monto un restaurante/cabaret vegetariano que se llama "Me sobra armonía", donde además de comer no se para de bailar.

Ahora están encantadas de haberse conocido, pero también enfadadas por el papel que han tenido que representar en los cuentos, durante siglos: niñas pasivas, esperando que pidan su mano y les quiten la vida.

SE ACABO, ha empezado un cuento nuevo.

FIN

(bueno, fin...fin....ya sabemos que los finales no existen. Todo continua)

OTRO AÑO

El verano se resiste a dejar su reinado y va dando pequeños coletazos de buen tiempo antes de que el otoño se haga firme entre nosotros. Lo mismo le ocurre a mi año particular, también está dando sus últimos suspiros y no tengo muy claro si es una cosa o la otra, el caso es que hoy me he levantado con el ánimo un poco falto de esa energía que me caracteriza y las consecuencias son que mi pensamiento se ha vuelto filosófico-pesimista.
Un año más. La vida se va desgranando poco a apoco, hora a hora, momento a momento. Te va enseñando lecciones necesarias para tu crecimiento. Lecciones que unas veces entiendes y aprendes y otras que se van repitiendo cíclicamente hasta que las aprendes o dejas de repetir tu actitud. Básicamente es lo mismo.
Mis días tienen la constante de lo repetido, de lo cotidiano, esa espiral en la que un día comienza igual a otro hasta que te das cuenta de que el tiempo invertido es siempre el mismo, en el mismo hecho. Eso, tiene también su parte positiva, ya que puedes hacer las cosas con el pensamiento en otro sitio, en otros momentos. Son hechos mecánicos, abrir ventanas, dejar que el aire fresco y húmedo entre en la habitación y se lleve el aire viciado de la noche, de los sueños tortuosos, que sin llegar a ser pesadillas, te dejan un mal recuerdo. Casi siempre tan incomprensibles como esos momentos que la propia vida te pone delante y no entiendes cual es la finalidad de los mismos.
En esas labores cotidianas de primeras horas del día estaba, cuando mi pensamiento vagando libremente me llevo a ese terreno, pantanoso y peligroso, que es el repaso de la propia existencia. La consciencia de un año nuevo por empezar, con la incertidumbre de si realmente se desea empezarlo, como se comienza un libro nuevo, un cuaderno nuevo, con ilusión y expectativas renovadas; o mejor seguir la dinámica del año que termina, esa de la comodidad que surge en la seguridad insegura que te da el día a día, esa monotonía que te va matando poco a poco, en la que te sientes como pez en agua fangosa.
Buscaba una palabra para definir este momento y no se me ocurría otra que "decadencia". Me veo a mi misma como a esos edificios, que llegando al medio siglo, van perdiendo el esplendor de sus fachadas y que aunque sus dueños deseen conservarlos por su belleza, por su riqueza ornamental, la estructura va fallando porque el paso del tiempo es inexorable y porque los vaivenes del tiempo van dejando su huella..
No me gusta esa palabra, como no me gusta la palabra vejez, por que me hace ser consciente, de que mi tiempo se acaba en pos de otro tiempo más etéreo y de que todavía muchas ilusiones, muchos sueños, no se hicieron realidad y ya las energías necesarias para ello, van desapareciendo.
Espero que las nubes que cubren el cielo, desparezcan, dejando paso al sol brillante y todavía cálido de comienzos del otoño. Seguro que con ellas se irán también estas sensaciones pesimistas y rastreras, para dar paso a la ilusión y las ganas de comenzar otro año nuevo. Esos años nuevos que solo comparto con aquellos que nacieron el mismo día que yo. Años nuevos especiales, personales, tan diferentes como diferentes somos cada ser humano, cada pensamiento, cada momento de una existencia llena de horas, unas vividas, otras, soportadas, otras........perdidas.
Mañana, comenzará un año nuevo. Ahora, todavía me quedan cosas por terminar, antes de que este año muera.