UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

lunes, 12 de septiembre de 2016

TIEMPO

Hubo un tiempo, en que la sonrisa pocas veces desaparecía de mis labios.
Hubo un tiempo, en que los sueños y las ilusiones se mezclaban con la realidad.
Hubo un tiempo, en el que me sentía la leona luchadora, la mujer fuerte y decidida que siempre había querido ser.
Hubo un tiempo, que marqué mi paso, aún a contracorriente de los demás.
Hubo un tiempo, que me sentí dueña de mi vida y mi destino. Un tiempo en el que soporté la ira y la incomprensión de mi entorno y  pude notar en mi piel el roce que produce ese aire de libertad.
Hubo un tiempo, pero ya no lo hay........
Ahora, es el momento de inclinar la cabeza, de recoger las alas, cercenadas por las responsabilidades impuestas desde el exterior y aceptadas en mi interior.
Ahora, es tiempo de seguir dando, dando...dando......y perdiendo.
Ahora, es tiempo sin sueños, sin ilusiones, sin sonrisas de esas que brotan del alma.
Ahora es un tiempo muerto, un himpas entre el sueño y la muerte.
Ahora es tiempo de morderse la lengua, de no decir, de comerte la rabia y la insatisfacción, de poner una mueca en tus labios hasta que deja de doler tanta imposición.
Ahora es ese tiempo que nunca debió existir.
Ahora es tiempo de esperar a la muerte para poder renacer
Ahora, hay un tiempo.........que no quiero vivir.

viernes, 2 de septiembre de 2016

ESTOY MUERTA

Estoy muerta. Sí, respiro, pero estoy muerta. Vivir, no es solo respirar. Vivir es tener ilusiones y sueños. Esperar el día nuevo cómo un niño antes algo extraordinario. Sentir que eres libre, que nadie te corta la iniciativa. Que no te miran condescendientemente cuando dices algo no muy correcto, o gritas o saltas porque algo te está haciendo tremendamente feliz. Que no te miran queriendo leer el interior de tus pensamientos y cortando con esa mirada todo aquello que sale de ti. Tal vez tienen miedo. Tal vez no te entienden. Tal vez les recuerdas demasiado esos traumas infantiles que no terminan de superar. Tal vez, reaviven tus propios traumas, tus miedos, tus complejos.
Estoy muerta, aunque me levante cada día al son del despertador, Aunque diga cada día el "buenos días" que me inculcaron en mi educación social. Aunque de besos, sin sentimiento alguno.
Estoy muerta, y solo espero el día en que el corazón deje de latir, el oxigeno de entrar en mis pulmones y por fin pueda vivir, libre, sin cadenas sociales, sin sentimientos paralizantes, sin flechas envenenadas, sin sentir el peso de los problemas, miedos, traumas de quienes andan conmigo subidos a mis espaldas.
Estoy muerta y respiro, eso es todo.