UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

sábado, 24 de septiembre de 2011

SERA QUE ESTAMOS EN OTOÑO

No sé muy bien si es el otoño o el momento en el que está mi vida, pero presiento que hay demasiada tristeza, demasiada nostalgia y realmente NO es eso lo que quiero, YO, NO soy eso. Así que hago promesa sería de reirme de mi misma y de la vida. Voy a dejar que sea el corazón el que me guie y sobre todo las cosas el humor y voy a empezar por reirme de esos kilitos de más que meha regalado tan amablemente el verano, aahyyy!!! esos cremosos helados, esos aperitivos y esas cervecitas tan frías. Ahora me parezco mucho más a la rubia de oro, mi querida Marylyn, ella llevaba la talla 44, justo justo la misma que yo. Que tierna casualidad!!!!!!!!, porque desde luego ahi terminan los parecidos, ya que yo...soy morena..........y no tengo amistades de altos puestos....eso sí, a mis amigos no los cambio por nada del mundo......con lo que cuesta tener amigos....
Bien mirandolo, soy afortunada, tengo amigos, tengo trabajo, tengo familia , tengo....tengo....tengo unos kilitos de más.....Será que estamos en otoño.

EL VIEJO ALBUM DE FOTOS

Voy pasando las hojas del viejo álbum de fotos, ahora esto ya no se puede hacer, ahora se conservan en cd,s o en un archivo de ordenador, se ven en la pantalla de la televisión, pero ya no se hacen fotos en papel, será por eso que de vez en cuando miro estas viejas fotos. Los recuerdos se agolpan en mi mente, las fotos de la boda, ¡ que jóvenes eramos entonces! y que inocentes, pensábamos que el amor era para toda la vida. Recuerdo como las tías me decían de la suerte que había tenido. Me había casado con un hombre trabajador y cabal, que me respetaba. No como a la hija de la Engracia, que siempre llevaba cardenales, porque cuando llegaba a casa del bar, borracho, le daba por pegarle y la pobre tenía que ir a fregar por las casas para sacar a sus hijos adelante. Nadie me hablaba de los días de soledad, de los deseos ahogados en lágrimas, de las arrugas tempranas que marchitaban el alma.
Después las fotos de los nacimientos, a mi mente acuden los momentos de los partos, ahora dulcificados por el paso del tiempo, que todo lo distorsiona. Los bautizos, las primeras comuniones, los cumpleaños y aquel viaje que hicimos con esfuerzo y que tanto disfrutamos.
En algunas veo a gente que ya se fue y sin embargo tengo la sensación de que en cualquier momento voy a volver a verla otra vez. Como juega la memoria con nuestros sentimientos.
Fotos de gente que amé y que no están a mi lado, la vida o la muerte, que más da, los alejó de mí. Gente que compartió conmigo su tiempo, sus alegrías y sus tristezas. Fotos de niños, que nunca más serán niños. Retazos de vida, que ya no se volverá a vivir, pero que se revive en el recuerdo, cada vez que abro las tapas del viejo álbum de fotos.

LOS MUERTOS NO LLORAN.

No sé que hace toda esta gente aquí, hablan y hablan sin parar, el murmullo cada vez es más fuerte y han tenido que pedir silencio por megafonía. Los que veo situados frente a mí, lloran desconsoladamente, los ojos rojos por el llanto, las ojeras marcadas, el rictus triste, melancólico. No sé como hacen para llorar, para abrazarse los unos a los otros. A mi me molestan todos. Yo no puedo llorar, no puedo abrazarme a nadie, solo el aroma dulzón y pesado de las flores me acompañan en estos momentos. Ellas y el cuerpo frío y rígido de mi hijo, metido en un ataúd de madera clara y seda blanca.
No sé porqué están aquí, tal vez para poder dar testimonio de la frialdad de mi corazón. .- Qué entereza. Dicen. .- Ni una lágrima se le escapa por el rostro. Que sabrán lo que está pasando dentro de mí. Ahora solo puedo mirar el cuerpo inerte y coger entre mis manos las frías manos de la carne de mi carne.
Los muertos no lloran, por eso yo no lloro, porque estoy muerta. Mis manos también están frías. Será por estar dentro de la cámara mortuoria. No me dejaban entrar, pero yo no podía abandonarle, no en este momento. Ya llegaría la hora de la separación.

Sentí como cogían mis manos y dulcemente las separaban de las de mi hijo. Lo miré, sin verle siquiera. Con exquisita ternura me sacó hacia la sala central del tanatorio. Me dijo algo de que iban a llevar el ataúd a algún sitio. No entendí nada. Solo me acerque al ventanal que daba al exterior. Calles y calles de frías tumbas. La lluvia caía sobre ellas, aumentando la sensación de soledad. Lo sacaron por la parte de atrás, yo no lo vi, no vi tan siquiera como cerraban el ataúd. No me despedí de él. No podía. Hay cosas que los muertos no pueden hacer.

jueves, 22 de septiembre de 2011

HE APRENDIDO....

He aprendido....que nadie
es perfecto hasta que no te enamoras.

He aprendido que....la vida es dura pero yo lo soy más!!He aprendido que....las oportunidades no se pierden nunca  las que tu dejas marchar...las aprovecha otro.
He aprendido que....cuando siembras rencor y amargura la felicidad se va a otra parte.
He aprendido...que necesitaría usar siempre palabras buenas... porque mañana quizás se tienen que tragar.
He aprendido...que una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
He aprendido...que no puedo elegir como me siento...pero siempre puedo hacer algo.
 He aprendido que...cuando tu hijo recién nacido tiene tu dedo en su puñito...te tiene enganchado a la vida.
 He aprendido que...todos quieren vivir en la cima de la montaña...pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.
He aprendido que...se necesita gozar del viaje y no pensar sólo en la meta.
He aprendido que...es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias... cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.
He aprendido que cuanto menos tiempo derrocho...más cosas hago.
(de la Red)

PROCURO OLVIDARTE



Y olvidar que poco a poco te vas llevando mis recuerdos, lo que con los años aprendí, olvidar que te has vuelto compañera de mis dias y mis noches. Olvidar tu egoismo al querer quedarte con parte de mi vida y sabiéndote a poco, te quieres quedar con toda ella.
Porcuro olvidar que me vas a vencer, porque de momento te planto cara y te reto. Cada día que amanece es una lucha nueva y procuro olvidarte, porque tengo la vida llena de sentimientos que me ayudan a luchar, llena de afectos que no me dejan, que no me olvidan, aunque poco a poco, yo, los vaya olvidando.

martes, 20 de septiembre de 2011

ESTO SE ACABA

Quedan breves días para que termine el verano, ya la duración del día nos lo va diciendo poco a poco, la luz del sol dura menos tiempo y la noche calladamente va cogiendo más porción del día. Las hojas empiezan a caer de los árboles y el otoño, como buen caballero, llega elegante y silencioso, sin estruendo, a tomar posesión de su cargo, efectuando la transición entre el verano, alegre, bullicioso, luminoso y caprichoso, al invierno, retraido, íntimo, plegado de sí mismo, frío y silencioso.
El otoño, estallido de colores en la naturaleza, tiempo de reposo, espiritual e interno. Lo siento como si fuera el verdadero comienzo del año. Termina el paréntesis del descanso vacacional, las cervecitas y los cafés en las noches de terraza. Las siestas, en las horas de mayor calor. Las ropas que dejan ver los hombros al ire, generosos escotes que incitan a ver más que a imaginar. Vuelve el trabajo cotidiano, el quehacer repetido y monótono, soñar con el tiempo pasado donde pudimos dejar el reloj olvidado en cualquier rincón.
El otoño vuelve para poner las cosas donde estaban, para poner freno al desenfreno veranigo, el otoño vuelve para que podamos empezar a mirarnos a nosotros mismos y ver como ha cambiado nuestra vida, como hemos cambiado nosotros, si realmente hemos cambiado o seguimos siendo lo mismo que fuimos.
El verano se acaba y llega el otoño. La luz cambia pero la belleza del paisaje aumenta, para poco a poco dejar paso al descanso natural, al descanso de la madre, a la muerte, con la esperanza del volver a renacer en la explosión primaveral, para así comenzar un ciclo nuevo.
Esto se acaba, pero es solo un espejismo, esto se acaba para comenzar de nuevo. Es, el ciclo de la vida.