LA NAVIDAD

El día es desapacible, la niebla no deja ver el sol que seguro está cómodamente sentado sobre ella y la temible espada de la Navidad se cierne sobre mi cabeza. No, no es que no me guste le Navidad, no es eso, no me gusta lo que representa en este momento, lo que lleva implícita, no me gusta tener que comprar regalos por obligación, no me gusta preprarar cenas multitudinarias, por obligación, incluidos los langostinos, los percebes, etc...etc... y la madre que los trajo al mundo a todos ellos. No me gusta tener que ser feliz, por obligación y desde luego no me gusta tener que sentir amor por toda la humanidad, por obligación, y tener la bula de dejar de quererlos el siete de enero, porque ya se terminó la Navidad. ¡ Un poco de seriedad, por favor !...
Seguramente, adornaré mi casa con bolas doradas, pero sin espumillones (me parecen muy frikis), colgaré muérdago en la puerta, aunque no tenga con quien besarme debajo de él, y el color rojo y verde del acebo con sus frutos estará por toda mi casa. Escucharé los villancicos de toda la vida y los cantaré a voz en grito, desafinando todo lo que pueda, menos Adestes Fideles, que es mi favorito, y encederé las luces para dar color y calor a mi Nacimiento, porque otra cosa que no voy a colocar en mi casa es a Papá Noel, (¿quién ese ese señor?).
Y posiblemente también la celebraré con mi pequeñina, porque la Navidad será ella. Para mí, la Navidad, siempre es un niño. Por eso me gusta la Navidad, porque en el fondo sigo siendo una niña y por lo mismo no me gusta la navidad que me ofrecen por " OBLIGACION ".
¡¡¡  FELIZ NAVIDAD !!!