UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

sábado, 21 de abril de 2012

UNA PREGUNTA

Es curioso, a la gente le gusta pensar en los extremismos, ponerse en situaciones límites y en eso estaba pensado yo cuando después de las clases tomaba la carretera que me llevaba, como todos los días, a la cotidianidad de mi casa. "- ¿ Qué haría si supieras que hoy es el último día de tu vida?. Encantadora pregunta, no se la respuesta ni me importa saberlo. Pero sí que fué resonando en mi cabeza todo el camino. ¿Qué haría?. Seguramente nada especial, para qué ibas a `hacer cosas y cosas, corriendo, porque el tiempo se acaba. ¿Qué me quedaba por hacer?, ¿Qué me quedaba por decir?, ¿A quién?....
No paraba de darle vueltas al asunto, no encontraba nada extraordinario por hacer. Hoy puede ser mi último día y no encuentro nada que quiera hacer antes de morirme. ¿Estaré muerta ya?.
Lo que todavía no he vivido, o lo he vivido pero no de la manera que me gustaría, es tanto que no se puede vivir en un día, en unas horas. Es volver a vivir toda una vida de nuevo y me supongo que llegaría al punto que estoy ahora, a este vacío, a esta rabia, a esta monotonía que envuelve todo.
Hay poco tráfico y sigo pensando en la pregunta que alguien, con ganas de hablar, ha formulado. -¿Que harias, si hoy se terminara tu vida?. Miro a mi alrededor, me distraigo fugazmente  y de repente unos faros se cruzan en mi camino, hay unas décimas de segundo de titubeo, no entiendo lo que pasa, como un autómata piso el freno, al mismo tiempo oigo el ruido de un frenazo, el impacto me hace realizar un movimiento brusco para adelante y para atrás. Salta el airbag. De repente la nada.
-¿Qué harías, si hoy fuera tu último día de vida?
- Lo que estoy haciendo, nada.

lunes, 16 de abril de 2012

MOMENTO DE CRECER, QUIEN SOY YO

Desde hace ya un tiempo, unos años ya, voy buscando mi camino, mi posición en la vida, ya he dejado de ser joven, mis inquietudes han cambiado y el prisma desde donde  miro discurrir mis días es completa mente diferente. Empiezo a no reconocer la mujer que soy ahora, pero me gusto infinita mente mucho más. Soy más madura, busco el alma de todo y mi rebeldía, que la sigo teniendo, la encauzo de forma diferente.
Me preocupo más de mi misma, de mis sentimientos, de mi formación...empieza a preocuparme mucho menos lo que piensen de mí, me siento especial, bien conmigo misma y con mi cuerpo. He empezado a juntarme con gente con la que me siento bien y que tenemos mucho en común. Me uno a grupos donde buscamos más el interior de nosotros mismos, que lo útil que puede resultar un tarro de plástico con tape hermético. Todos sabemos como se llaman.
Pues bien en uno de esos grupos de crecimiento personal, hoy han hecho preguntas, que realmente nunca me la había hecho, por lo que las respuestas también han sido difíciles de conseguir. Pero ha habido una, que ha removido los cimientos de mis emociones, me ha hecho sentir un remolino de sentimientos y lo que más me estaba doliendo es que no he podido controlar esas emociones delante de personas que no había visto nunca anteriormente.
Piensa en tres personas que te hayan hecho sentir especial, y escucha qué te dirían ahora. Difícil ha sido enfrentarse a la situación de que después de un tiempo solo había una cuyo apoyo y creencia en mí me hay ayudado a estar en el punto que estoy, porque más bien me han hecho sentir pequeña, ridícula, dependiente siempre, me tenía que preparar para "ser" algo en esta vida, cuantas veces he sentido como cortaban mis alas. Quienes, donde estaban, los que me había hecho sentir especial.,especial ¿por qué?. Ha sido un duro golpe, pero ahora que lo veo desde una perspectiva diferente, que he pensado en ello y meditado, me doy cuenta de que puedo ver claro que he llegado a ser la persona que soy por mi propio esfuerzo, que he pagado y estoy pagando un alto precio por seguir adelante, creciendo, madurando, siendo quien yo quiero ser y como quiero ser. Todavía me falta por creer mucho, todavía tengo que aprender mucho y soltar mucho lastre, pero me siento orgullosa de mi misma y no necesito que nadie me haga sentir especial. Yo, ya SOY especial.

viernes, 6 de abril de 2012

MUSICA Y SUEÑOS

Es curioso la capacidad que tiene la música para aflorar mis sentimientos, mis recuerdos, mis sueños.
Y es que en la vida, cada acto que nos marca verdaderamente tiene una música especial que hará que revivamos cada vez que la escuchemos. Nos hara reir o llorar, sentirnos nostálgicos y soñar, añorar con fuerza a alguien o estar en un sitio determinado.
En realidad el universo es música, por eso debe ser que marca tanto. Y ahora en este momento la música que marca mi presente es la de la nostálgia. Nostálgia de sentir mariposas en el estómago, nostalgia de vivir a tope una vida que se empeña en ser monótona y aburrida.Nostalgia de una libertad que siento se me arrebató con mi permiso muy pronto. Por eso, busco en mi discografía particular y hago sonar esa música que me llevará al mundo que quiero y que todavía no llega, pero que sé no tardará en llegar porque lo que desea el corazón con anhelo, más pronto que tarde, acaba llegando.
Sé que tras toda tormenta termina saliendo un bello arco iris y el verde del bosque es mucho más brillante, y el cielo mucho más azul o que pasear es mucho más agradable porque el agua hace que los aromas se intensifiquen. Y se que unas manos tomaran las mías al mismo tiempo que un corazón latirá al unísono del mío; Pero mientras todo eso sucede, yo impaciente, pongo el disco, cierro los ojos, escucho y empiezo a vivir.

http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=c5qr1s1kpEc&NR=1

RECORDAR

Es verdad que los recuerdos están tan modificados que  la realidad de la que surgieron no se parece en casi nada a ellos. Encima de la mesa y del sofá están extendidas decenas de fotografías, testigos de momentos vividos, de personas, que en un momento de la vida nos acompañaron, lugares donde, más o menos profundas, dejamos nuestras huellas de paso. Están como testigos de algo vivido y para que el recuerdo de esos momentos no se difumine en el saco del olvido o en el rincón de lo no existido. Algunas me llaman poderosamente la atención, porque no forman parte de mis recuerdos. Son personas que no he conocido, aunque sí se de su existencia. Fotos en tonos marrones la mayoría de ellas, ambientes de siglos pasados, escenarios falsos, jardines de tela, columnas que no sujetan nada ni lo sujetaron nunca. Fondos de escaleras marmóreas que terminan en piso de tierra, sentados los personajes en viejas y desvencijadas sillas de ferias. Me fijo en sus caras y aún quiero atisbar un parecido de alguno de sus rasgos con los mios. Tal vez es solo un juego de una tarde aburrida y solitaria de lluvia.
Las fotografías son esos, retazos de vida que queremos dejar prendida del presente más poderoso, del hoy, del ahora mismo, con sabor de un ayer trasnochado, de una sonrisa perdida, de unos ojos que quedaron fijos en aquello que miraban y que ya no está. Tal vez esa foto nos devuelve a ese ser al que todavía se quiere y que nunca dejará de estar en el corazón.
Imágenes de quienes fueron importante en mi vida y que por circunstancias inexplicables o explicables,  se perdieron para siempre sin que haya podido saber nada más de ellas, o tal vez, no quise saber nada más, pero que pasaron por mi lado, tocaron mi corazón y se fueron. Mirando su imagen me doy cuenta de que algo de ellas siempre quedó en mí.
El reloj marca la hora donde la tarde empieza a pasar a ser noche, donde el sol quiere ocultarse para dar paso a una luna, brillante, fuerte, como son ahora algunos de mis recuerdos. Dicen que recordar es vivir dos veces, o tres o infinitamente aquello que se recuerda. No es verdad, en cada recuerdo pones y quietas detalles dependiendo del hoy, y además, a veces, recordar duele.
Veo aquellos que ya se fueron y todavía escucho sus voces, su forma de hablar. Reconozco en esa niña mi  ayer más lejano y busco un parecido con mi imagen actual, es verdad que está, como está en el fondo, muy en el fondo la niña que fui, creyendo que el mundo era seguro y que la vida era fácil, porque todo lo que necesitaba lo tenía y necesitaba ¡tan poco!. En otra, me veo adolescente, rebelde, inocente ,romántica y soñadora. Todavía hoy sigo siendo esa adolescente, pero con menos bríos en mi rebeldía o mejor dicho con una rebeldía diferente.
Poco a poco la vida se va desgranando en recuerdos, en imágenes, hasta que me doy cuenta de que las miro desde el exterior, como si no fuera yo la protagonista de alguna de ellas, como si no se tratara de mi vida, si no de vidas ajenas en las que yo me meto a olisquear sentimientos, risas, o lágrimas. Es curioso, me doy cuenta de que en casi todas las fotografías, los fotografiados están, si no riendo si siempre sonrientes, en algunos casos tal vez un poco serios, pero nunca llorando, y es que la tristeza no la queremos guardar para el recuerdo. Intentamos salir siempre bien, "guapos" y las lágrimas no nos suelen dejar fotos muy favorecedoras.
Sigo desgranando vida y esparciéndola alrededor de mi.
Definitivamente los recuerdos nada tienen que ver con la realidad que los formó.