UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

miércoles, 31 de octubre de 2012

TODOS LOS SANTOS

Otro año más volveré a visitar un camposanto. Estas visitas siempre han sido para mí algo especial y aunque se me pueda añadir la etiqueta de "rarita" es verdad que me gusta pasear por sus silenciosas calles, extrañamente me siento en paz. También hay que decir que la muerte no me asusta y que no creo que ella sea la solución a ningún "mal" o problema. Para mí es algo natural, no pedí nacer por lo que tampoco pido morir, pero igual que nací, moriré.
Como todos, en estos sitios tengo a personas que amé en vida, y también tengo gente que no llegué a conocer en persona, pero que tengo trazos de ellos por lo que otros me han contado de sus vidas. De una manera u otra, a esa gente también la quiero. Y en un acto de cariño, no exento de ritual y creencia, depositaré sobre sus tumbas unas flores acompañadas de una oración, de esas que me enseñaron en mi infancia, y un recuerdo que posiblemente hará que broten algunas lágrimas de mis ojos. Son cosas que no puedo ni quiero evitar. Son mis sentimientos a flor de piel. Es mi agradecimiento a aquellos que me precedieron y que de alguna manera están en mí.
En algún sitio leí que cada uno tenemos una estrella y que mientras alguien nos recuerde, después de nuestra muerte,esa estrella jamás se apaga, es más, cuando surge el recuerdo, brilla con más fuerza. Estoy segura que hay estrellas, de seres muy queridos por mí, que no dejaran de brillar aunque yo muera.
En países con descendencia celta, esta noche se celebrará la muerte con la fiesta de Hallowen, la tierra pasa a estar dormida durante el invierno, para renace con fuerza a la primavera, bonita celebración, pero yo prefiero la nuestra, esa que celebra la muerte con la seriedad de la separación, con la que celebra que aunque unos tengan mausoleos de mármol y otros fría tierra, todos estamos igual ante la dama de la guadaña.
Mañana, visitaré las tumbas de los míos y leeré otro año más los epitafios y los nombres de otras tumbas ajenas, y pasearé por las calles de la ciudad de los muertos, en paz, porque aunque me tilden de "rarita" estoy viva!!!. Celebraré la fiesta de Todos los Santos adornando tumbas con coloridas flores y al día siguiente encenderé las velas para los difuntos. Son esas cosas que se hacen en mi tierra, una costumbre para honrar a los que se han ido y de camino ver que las miserias de los vivos quieren salpicar a los muertos, pero a estos les da igual. Tierra a la tierra y el espíritu al Espíritu. Nada más.

viernes, 26 de octubre de 2012

LLUVIA

Está lloviendo y me gusta mirar la lluvia a través de la luz de las farolas de mi calle. El pavimento brillante parece salido de una acuarela parisina. Es una lluvia suave, mansa, sosegada, que se acompasa al ritmo de mi respiración, al latir de mi corazón que en este mundo, en esta sociedad sin norte, busca la calma y la paz en las cosas pequéñas, en los milagros diarios.
Me gusta esta lluvia. Esta lluvia sosegada, que cae de forma cansima, como lágrimas de un dolor tremendo, o, de una alegría sin límite. La otra lluvia no me gusta, produce daño, destruye y trasmite una ansiedad y un desasosiego. Prefiero la lluvia suave, silenciosa. Es mi lluvia.
El agua caida en el asfalto produce un sonido característico al ser pisada por las ruedas de los coches que van en pos de un destino cierto, aunque en lagunas ocasiones se torne en destino incierto. Ese sonido, en estos momentos esporádico, rompe la monotonía del sonido producido por las gotas de agua al caer y chocar con las hojas de los árboles, con las barandillas de los balcones, con los bancos del paseo. Ese sonido tiene en mi un efecto relajante y de ensoñación. Es en este momento protegida por el suave calor de las sábanas cuando dejo volar mi imginación y me veo paseando bajo una lluvia que no moja, que cae a mi alrededor, pero que no me toca. De repente abro los ojos y sigo escuchando la lluvia. ¿Por qué soñar con un paseo bajo la lluvia?, es el momento perfecto para hacerlo realidad y que la humedad del agua moje mi piel, mi ropa, mi alma. Salto de la cama, me visto y no paro en que mi estómago me pide algo que lo reconforte. Salgo a la calle y dejo que las gotas me saluden, que corran por mi cara y abro los brazos como si quisiera abrazar a la lluvia, sabiendo que si cierro mis brazos no podré hacerlo. Giro y giro, doy vueltas como una peonza y siento las gotas caer, a mi lado, en mi cabeza, en mis brazos, en mis manos y me siento libre, y me siento grande y sobre todo, me siento feliz!!.



martes, 16 de octubre de 2012

AÑO NUEVO

No todos los años terminan el trenta y uno de diciembre y comienzan el uno de enero, no. El mío termina y comienza hoy, precisamente hoy, dieciseis de octubre, es el día en que ya hace unos tantos años el destino me envió de nuevo a este mundo (no hace faalta decir que creo en la reencarnación) para terminar la faena que se me había encomendado y aquí estoy, no sé qué es lo que debo hacer, y por ello tampoco sé si realmente lo estoy haciendo, lo único que se, es que estoy aquí y ahora ,en un final-comienzo de mi año nuevo particular y si la epoca que me ha tocado vivir es convulsa, ni qué decir tiene, que mi vida también lo es y que el año no comienza ciertamente nada bien, que por muchas felicidades que la gente, que me quiere o solamente me estima, me deseen, realmente no es felicidad lo que más tengo. Puedo asegurar que lo intento, que según dicen, ser feliz es cosa de uno mismo y yo pongo todo el empeño posible en ello, pero las circustancias no me lo permiten. No se puede sentir uno feliz cuando siente que todo se va perdiendo, que el mundo que creíamos seguro ya no está, que el futuro que esperabas con una sonrisa, ahora lo esperas con el corazón en un puño, porque te dijeron que el futuro era como un mundo de colores lleno de golosinas dulces y ahora resulta que los colores sólo son el blanco y el negro y las golosinas son más amargas que dulces y que la sonrisa con la que me empeño en comenzar el día, se ha convertido en lágrimas de miedo, y de dudas. Pero la vida sigue, no se detiene y hay que acompasar el paso para llevarlo lo más ritmicamente posible y olvidarte de tus creencias y dejar al lado lo que te han enseñado desde niño y coger cada día como lo que es, único y diferente al resto, aunque nos empeñemos en hacerlos iguales. Cuando vienen los días mal dados, los problemas se nos amontonan y parece que nos quieran asfisiar, yo, cojo la famosa frase de Scarlett O´Hara: " Después de todo, mañana será otro día" y procuro que mi mente deje pasar un tiempo sin pensamientos. Así es más fácil llevar este camino de obstáculos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

CAMINANTE, SON TUS HUELLAS

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
(Antonio Machado)
http://www.youtube.com/watch?v=2DA3pRht2MA

martes, 9 de octubre de 2012

LO QUE HOY SIENTO

Recibo un bombardeo constante de frases y pensamientos, positivos, filosóficos, irónicos. Unos profundos, otros llenos de esa sabiduría que te dan los años, los golpes de la vida, la madurez y en cierto momento el cansancio y el hastío de una lucha que no tiene destino final. Sin quererlo, todo este bombardeo va dejando huella en mi mente y en ocasiones me hace reflexionar y empezar a cuestionar, si todo lo anterior era malo y lo de ahora bueno o sencillamente que todo es tan viejo como el ser humano, que no hemos descubierto nada, pero que, sí habíamos perdido el norte y también el sur, el este y el oeste en una sociedad abocada al consumismo, al egoísmo, al apartarte tú que me pongo yo, a tener todos los derechos, incluidos los de avasallar al de enfrente, pero ninguna obligación. A cambiar el amor a las personas, por el amor al dinero, al poder, a ser más y estar por encima de los demás. Evidentemente esto tiene que explotar por algún sitio y en eso está y al ser humano de la calle, al trabajador sin más, al que le pusieron la miel en la boca y luego le dieron una patada, le ha cogido con el paso cambiado y el "culo al aire", siendo pagano de los desmanes ajenos, quedándose con la boca abierta y viendo como la cucharada de miel se la comen otros.
En todo este batiburrillo de vida, de cambios, de crisis, de miedos, de esperanzas nunca perdidas, de fe incierta, en este" no se qué sucederá mañana", cuando creía a ciencia cierta que el día de mañana lo tenía todo planificado, mi mundo se desmorona, al tierra se abre bajo mis pies y un terremoto de sentimientos, de pensamientos, de dudas y certezas, me hacen temblar de miedo. De un miedo que solo lo salva la determinación de que tengo la vida para vivirla, para tomar sus riendas y empezar a caminar sola, de la misma manera que llegué a este mundo, pero con la certeza de que si entonces tuve unas manos, un pecho, un corazón donde sentir seguridad, ahora no está. Que tengo que tener fe en esas manos amigas que se me tienden, pero que no tengo la certeza de que, si cuando haya tocado fondo, seguirán estando ahí.
Dicen que es en las crisis dónde los fuertes salen a flote, donde las ideas emergen sin dificultad, donde la imaginación y la creatividad se hacen dueñas del momento. Espero que así sea. De momento un stunami está azotando mi vida y no me queda otra que agarrarme fuerte a mis sueños e ilusiones y dejar que todo vaya volviendo a la calma, para dejar de sentir miedo y empezar a mirar al futuro con los mismos ojos y el mismo espíritu con los que observo al arco iris después de la gran tormenta. y sobre todo no perder nunca la creencia de que, aunque soy única, si los demás salen adelante yo, también lo conseguiré. Pero mientras tanto, no me queda más que reconocer que siento miedo, como cuando era niña, a la oscuridad de la incertidumbre.

miércoles, 3 de octubre de 2012

DEBAJO DE LA CAMA

El sol se colaba timidamente a través de los cristales. Un sol suave de invierno que ilumina la caja encontrada, polvorienta, debajo de la cama de una habitación que hacia años que solo la habitaban la humedad y la soledad.
Con la compañía de una taza de café recién hecho, me dispongo abrir la caja con la intención de meterme de lleno en una vida y unos recuerdos, lejanamente ajenos a mí.
Un olor de papel viejo y recuerdo perdidos inunda el momento, como un preludio de lo que ahí se guarda. Cientos de tarjetas postales de diferentes lugares y cartas amarillentas, conviven con unos bichillos blanquecinos y delgados que al recibir la luz corren a esconderse entre las palabras, los sentimientos y los sellos franqueados en destinos inciertos. Son esos bichillos que se alimentan del papel. Del papel y de esas historias ajenas que se descubren ante mí, como secretos moribundos de una vida pasada, tal vez vivida, tal vez sólo soportada.
Imágenes de edificios, de plazas, monumentos, paisajes de otros momentos, de otra época, de otras situaciones no muy diferentes a las actuales en su fondo, aunque no en su forma.
Recuerdos, sentimientos plasmados con letras puntiagudas y desiguales. Deseos y parabienes escritos con rapidez, o tal vez, concienzudamente para decir entre letras todas las nostalgias que se sienten, todos los deseos de volver a la raíz que los alimentó y poder abandonar esa soledad que atenaza el alma, pero que a la vez no se quiere dejar porque un hilo de responsabilidad lo impide, o porque el juego de Cupido ha puesto en marcha sueños e ilusiones de un camino compartido.
Mientras la taza de café se va quedando vacía, voy descubriendo esas imágenes, esas linéas escritas desde diferentes partes del mundo. Esos sonidos silenciosos de trenes borrachos de nostalgias, de ojos tristes de mirada perdida que no ven más que las miserias que les han llevado a esos momentos.
Historias lejanas, duras e interminables donde poco a poco se fué perdiendo la juventud, el empuje, la ilusión y los sueños. Memorias perdidas en una vieja caja, de cartón estampado con rancias flores que en un tiempo alegraron con unos colores, ahora desdibujados, debajo de una cama.
Ilusiones que se estrellaron contra el muro insondable de la realidad. Sueños de mundos mejores, o tal vez, solamente diferentes, que hicieran salir de la sordidez de una vida de penurias.
Las horas pasan con rapidez mientras me meto de lleno en todos estos recuerdos ajenos, que en algún momento, pudieron significar un acicate, el ánimo necesario para seguir hacia adelante.
El sol, ya no caliente ni ilumina a través de los cristales. La oscuridad se hace dueña del momento y sólo una triste luz mortecina deja entrever unas sombras quietas y vagas. A lo lejos se oyen ladrar unos perros y las voces apagada sde gente tal vez dejen, en un momento de su vida, las memorias y los recuerdos en una caja de cartón, debajo de la cama.
La historia se repite ciclicamente y los problemas de epocas pasadas, vuelven a la actualidad como si de algo nuevo se tratara. Las soluciones son, aunque no queramos, las mismas que entonces.
(Dedicado a quienes salieron de su tierra para buscar un futuro mejor, que no siempre encontraron y a quienes ahora viven el mismo hecho)




lunes, 1 de octubre de 2012

LA PALABRA Y EL SILENCIO

Callar sobre uno mismo, es....Humildad
Callar sobre los defectos de otro, es...Caridad
Callar cuando se está sufriendo, es....Heroismo
Callar cuando otro habla, es....Delicadeza
Callar cuando no hay necesidad de hablar, es....Prudencia
Callar cuando Dios nos habla al corazón, es...Silencio
Callar ante el misterio que no entendermos, es....Sabiduría
Callar ante el sufrimiento ajeno, es...Cobardía
Callar ante la injustica,es...Flaqueza

Hablar de uno mismo, es...Vanidad
Hablar debiendo callar,es...Necedad
Pero...hablar oportunamente, es...Acierto
Hablar ante una injusticia, es....Valentía
Hablar para defender, es...Compasión
Hablar con sinceridad, es...Rectitud
Hablar para rectificar, es...Un deber

Aprender antes a callar para poder hablar con acierto y sentido,
porque si la palabra es plata, el silencio es ORO

HE CAMBIADO LA HOJA DEL CALENDARIO

He cambiado la hoja del calendario, esta vez no me va a coger desprevenida. Por norma, suelo cambiarla a la semana de haber comenzado el mes, no me preocupa mucho eso de llevar al día el calendario, y sin embargo, hoy la he cambiado ya, porque también he cambiado de día. Es otra norma de mi particular forma de entender las pequeñas cosas que conforman la cotidianidad de la vida. Si puedo me gusta despedir una jornada y darle la bienvenida a la siguiente, estando despierta, no siempre activa, pero sí despierta y sin acostarme. Hoy me ha cogido el nuevo día dándole a las teclas de mi ordenador, repasando facturas, mirando lo que mis contactos cuelgan en las redes sociales, en una palabra, haciendo aquello que no me ha dado tiempo durante esta jornada festiva.
He cambiado la hoja del calendario, comienza mi mes por antonomasia. Siempre me gustó octubre, por diferentes motivos, unos personales, otros ciclicos. El otoño se adueña de este mes. Las imagenes de bosques cobrizos, amarillos, dorados, se muestran por doquier. Me gustan esos tonos, como me gusta el otoño, como me gusta octubre. El viento susurrando entre las hojas y las ramas de los árboles. El fresco de la mañana y del anochecer, la tibieza del sol en el centro del día. La intimidad, el recogimiento. Momento de caricias y de besos. Momento de cambio y de equilibrio, de luces tenues, música suave y sugerente. Un café o un té caliente que entibie el alma. Unos ojos donde mirarte y un corazón donde reposar. Definitivamente me gusta el otoño, me gusta octubre y esos tonos cobrizos, amarillos y dorados.
He cambiado la hoja del calendario y me percato de que quedan ya pocas hojas por cambiar de este año. Reconozco que no me produce ninguna sensación ese hecho. El cambio de año no significa mucho para mí, después de este vendrá otro, y los días seguirán con su rutina, uno tras otro y la vida se irá desgranando hasta que llegue ese último día que todos tenemos fijado. Poco cambia un año de otro, algunos dicen que se es un año más viejo, pero tampoco creo mucho en eso. He visto viejos de treinta años y jóvenes de ochenta que la vida se les ha ido cuando todavía les quedaba mucho por vivir. Lo que sí tengo claro es que seguirá la gente buscando la felicidad por santa obligación, porque ahora está de moda ser feliz, sí o sí. Y sonreír, aunque realmente sólo sea una mueca vacía. En fin, en eso que cada uno haga lo que pueda o desee.
He cambiado la hoja del calendario, y la miro satisfecha, hoja nueva, sin apuntes, sin manchar, virgen todavía en ese desgranar días que conforman sus semanas.
No sé si lo he dicho, pero me gusta el otoño, el mes de octubre, los colores cobrizos, amarillos y dorados, y la hoja nueva del calendario.