UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

sábado, 22 de diciembre de 2012

FIN DE QUE??

Al levantarme no he podido ceder a la tentación de mirar por la ventana y ver si todavía seguía en pie el edificio de enfrente. Ayer no noté nada. La Nasa tenía razón, no había fin del mundo, eran tan sólo patrañas de mentes enfermas en busca de reconocimiento de la sociedad, aunque fuera efímero. Me pregunto qué cara se les debió de quedar a los que fueron a ese pueblecito del sur de Francia, que tenía el honor de ser el único que se salvaría de la catástrofe, para ser de los pocos privilegiados que se despertarian al día siguiente en un mundo abandonado de toda vida.
A veces, tenemos tantos miedos, que preferimos un fin del mundo colectivo para no tenermos que enfrentar a nuestros demonios. La muerte en compañía es menos muerte, ya se sabe.
Si los Mayas puedieran vernos, confieso que algunas veces he pensado que lo hacen y una sonrisa irónica asoma a mis labios, estoy segura de que en estos momentos les dolería todo el cuerpo de lo a gusto que se han estado riendo de nosotros. ¿Fin del mundo?, pero, y eso ¿qué es?. Para los Mayas el concepto fin del mundo no existía, ellos no conocían la lúgubre idéa de que el planeta fuera a desaparecer, ni siquiera la vida humana, ese concepto lo desconocían. Pero sí conocían que cada ciertos miles de años, ciclicamente, el universo pasaba a recomenzar la película de los movimientos astrales y que dichos movimientos afectaban al "todopoderoso" ser humano, con sus egos, sus orgullos, sus pasiones, sus odios y también sus amores, su ser más espiritual, su concepción más intima e intrínsica. Claro que, como todo, esto también lo llevamos a límites fuera de lo imaginable.
Somos capaces de desbordarlo todo, lo bueno y lo malo, lo espiritual y lo terrenal. Es díficil en nosotros la zona media, el equilibrio.
En definitiva, no hemos desparecido, tengo los mismos problemas que ayer y sus mismas soluciones. Eso sí, tengo nuevas esperanzas de que esta era sea mucho más humana. Igual suena a utopía, pero ya se sabe que la esperanza es lo último que se pierde y yo ya he perdido mucha. Esta espero que no.

FELIZ NAVIDAD

Ya estamos otra vez en esas fechas en las que todos deseamos que pasen por nuestro lado sin casi rozarnos, cosa improbable, ciertamente. Sin embargo las tenemos que soportar y seguir con los rituales que desde niño nos han marcado. Comidas sin fín, conversaciones silenciosas o alborotadas, pero que encierran muchas veces el negativismo que nos envuelve en el día a día, y no lo digo por la situación económica actual, sin la famosa crisis, estas crisis alrededor del mantel han exisitido siempre.
Es en este momento cuando ciertos recuerdos se empeñan en volver, todos los años igual. Postales del pasado, de un pasado más o menos feliz, donde todavía me esforzaba en que hubiera risas y armonía, donde ponía ilusión a raudales. Ilusión tan desbordante que cubría la falta de ella en los demás. En esa época no podía comprender cómo había gente a la que no le gustaba la navidad. Ahora los comprendo perfectamente.
Me agobian estos días, hay tantos matices en ellos que llega un momento en los que piensas con qué facilidad nos dejamos llevar por intereses ajenos.
Celebramos un acontecimiento que no sucedió en estas fechas, pero que interesó por aquello de avenirnos con la situación del momento que así sucediera y en eso seguimos. El actual Papa Benedicto XIII empieza a desmontarnos la historia, pero empieza por lo más tonto, el buey y el burro, que más nos da si había en ese habitáculo, fuera cuadra o fuera lo que fuese, esos animales. Qué nos importa si fueron los pastores a adorarlo, si había o dejaba de haber ángeles, si hubo o no estrella que guiaba a los magos. Celebramos una serie de cuentos, de ritos y patrañas que ciertamente poco tiene que ver con el hecho fundamental de lo que se celebra, el nacimiento de un niño, (dejemoslo ahí, para los escépticos). Ahora celebramos que hay que juntarse toda la familia, porque la familia es importante en la vida de cada ser humano, ¿Sólo en estas fechas?, porque en resto del año muchas veces parece que no existiera. Regalos y comidas pantangruélicas, cuyos precios desorbitados pagamos gustosamente, porque es navidad y una vez al año (¡¡menos mal!!). Envolvemos nuestras carencias con adornos estridentes en la casa, con compras inecesarias y con un estres gratuito por llenar la nevera, la despensa y los fogones. creando así un malestar y un daño a quienes por sus circunstancias personales no pueden hacerlo y es que es ¡¡ Navidad!!, qué pena. El resto del año ni los vemos.
Se nota que no me gustan estas fechas, que ya perdieron la patina dorada de la infancia y de la ilusión . Que ya mis hijos marcharon del nido y que me falta gente que ayudo a que mis navidades fueran doradas. Debo buscar la forma de vivirlas de nuevo, pero para eso, antes, tengo que desmontar los girones de vida que tengo y volver a vestirla de rojo, verde y blanco. Con escenario nuevo, con situaciones nuevas, con alegrías nuevas.
He sacado un billete ´para el avión que me lleve lejos de todo esto, sólo de ida, porque de momento no me apetece mucho volver a la navidad. Que alguien me diga cómo volverme invisible desde el 23 de diciembre al 7 de enero y así pasar estos días, sin más en el sofá de mi casa, con un buen libro, con mis recuerdos y porqué no, con mis lágrimas, porque ellas son las que más me acompañan en estos días.
FELIZ NAVIDAD!!!!!

jueves, 13 de diciembre de 2012

DIALOGO

Hace frío, la calle está solitaria, las luces apenas dan un poco de luz y el alma pide recogerse en una conversación silenciosa. Un diálogo intimo donde sincerarse, donde notar un poco de calor en el cuerpo y en el espíritu. Silencio. Palabras silenciosas que nos explican el por qué de ese vacío frío y angustioso, ese latir desordenado del corazón cuando la mente nos devuelve instantáneas vividas o simplemente soñadas, pensadas, para poder seguir adelante.
Cuántas veces cerramos los ojos y dejamos que la mente divague, que traiga y se lleve imágenes, personas que estuvieron en nuestro camino, unas lo dejaron, otras las dejamos y otras sencillamente se quedaron apoyadas en una `piedra mirando como poco a poco nos alejábamos. En ocasiones son nuestros deseos los que toman forman y en ese instante pasan a ser parte de la vida de manera que terminamos dudando de si fueron realidad o no.
Nos da miedo todo aquello que agita las aguas de nuestro lago interior y sin embargo necesitamos que exista ese movimiento para sentirnos vivos, para poder seguir viviendo, para reconocer que todavía somos capaces de amar, de odiar, de reir, de llorar, de perdonar, de ilusionarnos y soñar, soñar, soñar.....En definitiva, de ser.
Las luces siguen en su solitaria función de dar un poco de luz, incluso sensación de suave calor, como esas caricias de silencio en un alma anestesiada por la monotonía, por la obligación, por la imposición. Caricias que la calman y la sosiegan y le dicen, adelante, tú puedes, naciste libre, no te dejes avasallar, vate tus alas y vuela, vuela, pero no mires atrás. Nunca mires atrás.
Las suaves notas que nacen de un piano acompañan y nos envuelven. La música nos ayuda en ese diálogo personal e íntimo. 

Llenan esas conversaciones. Después la vida sigue, el mundo gira, pero nosotros ya no somos los mismos.

 http://www.youtube.com/watch?v=guvY8Qbac7E&NR=1&feature=endscreen