UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

viernes, 1 de febrero de 2013

UNA REFLEXION, UNA DECISION

Hoy luce un día de primavera, pero es invierno. Con la vida sucede algo parecido, estamos inmersos en los problemas del día a día, en nuestro afán de poseer, casa, coches, personas; pero de repente, un día es primavera y se nos abren los ojos, la razón, el corazón y nos damos cuenta de que con tanto poseer vamos perdido lo más importante, el paso de la vida, con sus momentos de risas, de sueños, de placeres, de preocupaciones compartidas y solitarias, de amaneceres nuevos y atardeceres de belleza insuperable y de sentimientos múltiples.
Recuerdas, ¿ cuando fue la última vez que jugaste, como un niño, con tus hijos, con tus nietos, con tus sobrinos y te diste cuenta de que eras feliz, de que sólo existió ese momento, de que tu cuerpo se resintió y se cansó, pero tu corazón brillaba de alegría, equilibrio y armonía ? o sencillamente te asomaste a la ventana y en ese momento sólo estaba en tus ojos y en tu mente esa luna redonda, contundente, blanca en un cielo oscuro y te enamoraste de esa imagen. Son dos pequeños ejemplos de lo que hace merecer vivir la vida a sorbitos pequeños, saboreando, cada minuto, pero puedo asegurarte que hay más, muchos más y que nos pasan rozando sin que seamos capaces de por un momento saber que están ahí. Demasiadas prisas, demasiados afanes, demasiada economía rota, demasiado consumismo, demasiada corrupción, demasiada información y muy poca vida.
En mis reflexiones, he pensado a menudo qué es lo que verdaderamente necesito para vivir de todo lo que tengo y me doy cuenta de que me sobran cosas que me están atando a una muerte en vida para poder mantener a ese monstruo del consumo, del tengo y por lo tanto soy. De repente he visto a mis hijos hacerse adultos, a mis nietos crecer día a día, a conocidos y amigos marcharse unos lejos, otros un poco más cerca, otros para no volver más. Me he perdido muchos momentos que ya no volverán y he ocupado el tiempo en mantener esas posesiones que me han llevado a tomar caminos equivocados.
Por suerte, todavía estoy a tiempo de no volver a caer en ese error. No quiero posesiones, no quiero informaciones que me manejen al antojo de unos cuantos que sólo quieren poder, no quiero vivir para trabajar y de paso mantener un sistema que no se sostiene en pie porque está basado en paja y humo, en desigualdad y sufrimiento. Si alguien quiere comer un trocito de algo, primorosamente emplatado y carísimo de la muerte y para lo cual ha tenido que hacer dos, tres horas extras, perdiéndose tal vez la mirada extasiada de un niño al ver brotar el agua de colores en una fuente del parque, allá él. Yo de momento, voy a preparar un bocata de tortilla y me voy al parque a tumbarme en la hierba a comérmelo y disfrutar de este día de primavera, aunque sea invierno. ¿ Me acompañas?

1 comentario: