UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

miércoles, 12 de junio de 2013

MAL VAMOS

Miro el reloj nuevamente, la mañana pasa despacio, los minutos se alargan en las telas de araña de la no actividad. Hay poco trabajo, la crisis, dicen. Pero yo sé que hay algo más que esta crisis que se nos está llevando los sueños y las esperanzas. Las ilusiones se rompen. Nos dicen que es el momento de la imaginación y nos cuentan de personas, micro empresas, que abren negocios por Internet, la red es ahora el no va más del trabajo y la producción. Escuchas, observas y te das cuenta de que te están vendiendo humo, de que no ofrecen más que tiempo libre y sí, volvemos a la compra-venta, ahora por Internet.
El caso es que, metida en mi mundo y en mis pensamientos ociosos del engaño y del "vea usted el mundo como nosotros queremos que lo vea", suena el timbre de la puerta. Con paso lento me levanto de mi silla y dirijo mis pasos para ver qué se le ofrece a quién rompe mi monotonía mañanera.
Ante mí , un chico joven de unos veinte años, más tarde confirmo que son los que tiene, con una mochila sobre sus espaldas, llena de ilusiones y otros enseres, el teléfono lo lleva en el bolsillo. Se me queda mirando y con voz tranquila me pregunta si puede dejarme el curriculum. Otro, pienso yo. Extiendo la mano para cogerlo, me lo entrega y me da las gracias. Se va con paso rápido, tal vez a entregar más de esas hojas donde cuenta lo que ha dado de sí su corta vida.
Un nudo se me forma en la boca del estómago. Un nudo de rabia, pena y rebeldía. Con qué cara mirar a estos jóvenes, a este futuro mañana, sin futuro. Qué decirles cuando sabes que nadie los va a contratar, que no es cuestión de entregar curriculum, que no es cuestión de estar mejor o peor preparados, que no son ellos los culpables de nada, como tampoco lo somos nosotros, aunque sí los que pagamos las consecuencias de todos aquellos que quisieron ser Midas y no llegaron más que a chanchulleros que se enriquecieron a costa de las ilusiones y los sueños de gente que caminaba por la vida con paso lento pero decidido, que no pretendieron que el sol saliera cuando reinaba la luna. Nos vendieron la tierra veinte veces y nos ahogaron en ella para sacar más beneficio.
Me pongo en el lugar de estos jóvenes a los que unos cuantos les han robado el futuro y siento crecer ese inconformismos, esa rebelión, que en otros tiempos, a otras gentes les llevaron a comenzar esas luchas que llevan sin remedio a la destrucción.
Mal vamos......