UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

sábado, 8 de abril de 2017

TE VEO SALIR

Te veo salir, con la confianza, el entusiasmo y la juventud cargada sobre los hombros, cómo etiqueta del jersey que llevas sobres ellos. Te veo salir y pienso:  - Ahí va el último vestigio de una vida feliz que yo me cree y me creí.
Cómo duele ser consciente de que la vida va pasando y el tiempo no para y no vuelve y el día termina de igual forma que comenzará el siguiente si Dios no lo remedia. La soledad se va adueñando del alma y me resisto y lucho y quiero seguir con mis sueños, que cada vez son menos, con mis ilusiones que cada día se desvanecen. Miro a mi alrededor y lo que veo tampoco es muy esperanzador, nadie se rebela al día a día, las conversaciones terminan siempre en lo mismo: la enfermedad, los médicos, las medicinas y a mi me sube un no sé qué por el estómago a la garganta que me saca un grito de ¡¡ya basta!!, la vida sigue, todavía hay mucho por hacer, mucho po aprender, por vivir, por recorrer, por reír y sin embrago solo sois un atajo de muertos respirantes, vestidos a la última, intentando no ahogaros en vuestras propias miserias.
No, yo no soy de ese mundo. Mi cuerpo, tal vez, evidencia la edad, los años que llevo luchando, aprendiendo, intentando salir adelante, pero mi mente está viva, mi mente y mi corazón quieren amar, sentir la pasión de unos besos, las manos cálidas que me cogen la cintura, las palabras tranquilas de una conversación, los oídos que escuchan y no juzgan.
Te veo salir, hijo, y me doy cuenta de que lo que me ataba a esa pizca de vida, se va llendo, porque tienes tu propia vida y yo tendré que aprender a vivir sin el empuje que me da la tuya.
Te veo salir y yo solo quedo pensando dónde está la vida que yo debería estar viviendo en vez de mirar cómo cierras la puerta tras de tí después de depositar un beso en mi mejilla.