UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

jueves, 10 de mayo de 2012

UN DIA, EN EL MES DE MAYO

El termómetro se ha disparado, este mes de Mayo, en sus comienzos, viene dando fuerte. Estoy esperando al autobús urbano y la parada está a pleno sol, aunque son las siete de la tarde, calienta todavía con rabia. Estoy sola, el anterior ha debido de pasar hace poco tiempo. Me gusta esa soledad, no me siento invadida por la mirada de nadie. Los que pasan por la acera van a lo suyo, unos solos,  caminado deprisa, mirando al suelo, como si la sólo idea de mirar a otra parte les retrasara en su prisa para llegar, muchas veces, a ningún lado. Otros van en compañía, hablando uno, escuchado otros o simplemente dejando que hable, con el pensamiento en otro sitio, tal vez, recordando otros momentos, otra gente, esa que se tiene en el silencio pero que acompaña y llena a todas horas el pensamiento.
Sigo esperando, dejo que pase el tiempo, no me importa. He llegado a la conclusión de que perder el tiempo es ganarlo. En mi cabeza se cuelan fragmentos de conversaciones mantenidas en otros momentos del día, pero no me paro en ellos, los dejo pasar, sinceramente no me importan, no forman parte de mi vida. Mi vida......
Llega un autobús y miro el número que lo identifica, no es el que tengo que coger. La gente se apiña, dentro, se rozan unos con otro, algunos se disculpan, otros pasan sin más. Soledad contra soledad. Por fin llega el mío. Subo y me encuentro lo mismo que había observado en el anterior, pero esta vez, yo forma parte de ese enjambre de soledades, de individualidad, de olores corporales que el calor acentúa.
Un niño llora porque su madre lo sujeta contra su voluntad. Observo a la gente que me rodea y a su vez, yo me siento observada. En otro momento, tal vez, me hubiera sentido afectada, invadida, molesta, ahora no. Mi pensamiento a conseguido la tranquilidad y el equilibrio necesario para estarse quietecito por unos instantes. Miro, veo, pero no pienso. Han sido muchos días de insomnio, días de no vivir, días de ansiedad, cobardía y miedo, pero la mariposa ha rota la crisálida del repugnante gusano y ha decidido que va a vivir, a tomar las riendas de su vida, a sufrir y a reír siendo cosciente de que no va a tener en su vida a nadie que ella no quiera.....Y la mariposa ha decidido que no quiere a nadie, que vacía su vida para llenarla, precisamente, de VIDA.

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