UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

domingo, 15 de diciembre de 2013

SUICIDIO VIRTUAL

Me dejé llevar por el impulso. Volví a releer los últimos twitts y cerré definitivamente mi cuenta en Twitter. Pensé que no sería capaz, pero lo hice. Seguidamente abrí mi cuenta de facebook. Leí comentarios y todo aquello que mis amigos y los amigos de mis amigos había publicado. Empezaba a sentir el sinsentido de todo esto. Nuevamente me dejé llevar por el instinto. No comenté nada. No dije nada. No publiqué nada. Sencillamente accedí al cierre de mi cuenta y le dí aceptar. Respiré hondo. Una cierta sensación de liviandad se empezó apoderar de mi. No sé por qué en otros momentos no había sido capaz de eso. Era como un suicidio virtual. Acababa de morir para el mundo de las redes sociales. Pero me sentía bien, y entonces, como si un extraño ser se hubiera apoderado de mí, cogí el teléfono móvil, lo miré con una ligera sonrisa en los labios y sin saber muy bien qué estaba haciendo lo apagué. Con calma, con mimo, como si fuera algo excesivamente delicado lo dejé encima del escritorio y me levanté de la silla, estirando todos mis músculos y mis huesos. Estirando mi mente y creo que hasta mi alma.

A través de la ventana miré detenidamente el paisaje, cotidiano, que ante mí se presentaba. La niebla cubría el firmamento, bajando tan a ras de suelo que con dificultad se podían ver los edificios del otro lado de la calle. Las luces de las farolas, encendidas, difícilmente se habrían paso hasta llegar al suelo. Un escalofrío me recorrió la espalda y froté mis brazos con energía.

Tomé el teléfono inalámbrico y el viejo listín de los teléfonos. Es curioso, hacía tiempo que no lo consultaba para nada, ni siquiera escribía en él. Con la agenda del móvil era más que suficiente, pero resulta que ahora ya no estaba activa, porque me negaba a ponerlo en funcionamiento. Me sentía tan libre, tan suelta, tan dueña y ama de mi tiempo, que no quería volver a los momentos del pasado más reciente.
Consulté el nombre de mis amistades y uno a uno, fuí llamando a aquellos que, presentía, podían estar más predispuestos a realizar una quedada imprevista. Evidentemente lo hice a los teléfonos fijos. De doce llamadas, tan sólo cinco me contestaron y aún tuve que porfiar para que abandonaran sus cómodos refugios y sus quehaceres en las redes de la información y de la amistad. A mi, eso me empezaba a sonar a algo raro, y tan sólo hacía una media hora que se había producido mi muerte virtual.

Fuimos más o menos puntuales y al final nos acomodamos en el fondo de una coqueta cafetería donde tan sólo estaban el camarero y un par de clientes, que afanados en sus móviles, miraron de soslayo al grupo que interrumpía con su conversación el silencio del local. Para cuando vino el camarero, solícito, a tomar nota del pedido, mi grupo ya se había despojado de las ropas de abrigo, guantes, bufandas y habían colocado sus móviles encima de la mesa. Reconozco, que ese gesto me molestó. Me sentía como los exfumadores con relación a los que todavía no han abandonado el hábito del tabaco. Les pedí que por favor, si no había inconveniente los retiraran a los bolsos y bolsillos. Me miraron como a un bicho raro y alguno hizo el chiste fácil, la gracia, sobre el asunto, pero ninguno me negó ese raro "capricho".
La conversación se fue animando, sin darnos cuenta la vida la teníamos puesta encima de la mesa, el tiempo se evaporaba con cierta rapidez y los móviles enmudecieron y quedaron olvidados en sus pequeños habitáculos. LLegamos a la conclusión de que había sido una buena idea, esa de salir, pese al frío, y juntarnos para charlar un rato,

Cuando volví a mi casa, estaba relajada, mi cabeza no registraba preocupación alguna. Abrí la puerta y el calor me recibió junto a mis dos gatos y a mi fiel perro, un mastín del pirineo que cuando nos encontrábamos en el pasillo, uno de los dos tenía que ceder el paso al otro, porque no cabíamos juntos. Me sentí bien conmigo misma. Me puse cómoda y miré, por unos segundos, el ordenador y mi móvil, apagados, encima de la mesa que me servía de escritorio. Pasé de ellos. Por primera vez, en mucho tiempo, tenía conciencia de quiénes eran mis verdaderos amigos, de quién me quería en su vida de verdad y de qué clase de noticias quería estar informada. Por primera vez en mucho tiempo, las horas con sus minutos y segundos me pertenecían y empezaban a alargar su duración.
Encendí el viejo aparato de música, las luces tenues de la habitación y la lámpara que había detrás del sillón de lectura. Tomé un libro al azar y dejé que la música nos envolviera. Mis fieles compañeros de vivienda se arremolinaron a mi alrededor y buscaron ese sitio cómodo y caliente donde dejar pasar el tiempo.
No sé si la muerte real será más o menos como esta otra muerte virtual que yo acababa de vivir, pero sé con certeza que no me arrepiento para nada de este "suicidio". Es más, lo recomiendo.


sábado, 30 de noviembre de 2013

UN DIA CUALQUIERA

Eran las seis de la tarde, pero la noche hacía ya un tiempo que había cubierto las calles. El tiempo inclemente e invernal invitaba poco a salir a la calle, de hecho sólo los coches transitaban de vez en cuando por ella y alguien que con las manos en los bolsillos y encogidos, como si de esa manera evitaran escapar el poco calor que tenían, que se acercaba al supermercado que daba un poco de vida a aquella calle y a esa hora. Sólo la luz de sus escaparates y las de las farolas iluminaban y daban la sensación de algo de calor.
Tal vez por esa sensación más creada que real, en un rincón de la entrada al supermercado, protegido un poco de las inclemencias del tiempo, se hallaba Mauro. Arrodillado en el suelo, con la cara semi escondida y con la única compañía de Pucho, su fiel perro, tan lastimoso como él. Cada vez que sentía acercarse a alguien a la puerta, Mauro extendía la mano y pedía "por favor, algo que comer", algunas veces unos míseros céntimos caían, desganados en ella, la mayor parte de las veces, la gente miraba para otro lado y con sus manos en los bolsillos y una prisa muchas veces inventada, acallaban sus conciencias.
Mauro no sentía el frío de la misma manera. Él sabía perfectamente lo que era pasar frío. Frío de verdad, de ese que te cala los huesos, los tuétanos y hasta el alma. Ese frío que te deja la soledad más absoluta, si no hubiera sido porque Pucho lo siguió fiel y callado.
Hubo un tiempo en que lo había tenido todo. En ese tiempo él también acallo su conciencia cuando veía a alguien en una esquina pedir, o miraba para otro lado y sentía el fastidio de tener ocupado el cajero por algún bulto durmiente cuando iba a retirar dinero para seguir con su vida regalada.
Recuerda esos tiempos en los que vestía trajes elegantes, de buena factura. Su casa, con las comodidades que el dinero facilita. Siempre rodeado de amigos. ¡ Ah, los amigos. Esos que se llaman amigos!. Un coche de alta gama a la puerta y la vida sonriendo, siempre. Una mujer hermosa, siempre colgada de su brazo. Siempre mimosa y caprichosa. Una serpiente con hermoso cuerpo de mujer. Y de repente, un mal paso, un mal negocio, una mala decisión y ese sueño maravilloso, idílico. Esa vida fácil, llena de lucecitas brillantes y dorados fatuos. Esa vida desapareció. No lo quedo nada, bueno sí, le quedo Pucho, el único perro que no era de raza. Los otros dos se los llevo ella, con todo. Le quedó la calle para seguir sobreviviendo. Le quedó la realidad amarga de la desesperanza. Le quedo la noche y el día fríos en el alma.
Pero en esa soledad que da el no poseer nada. En esa tristeza que embarga los días cuando mira su realidad y recuerda ese sueño que ¡maldita sea! le dejaron vivir, todavía puede sentir una voz ronca, gastada y unas manos ásperas y sucias que toman de la suya y le dicen: - Ven, vayámonos. He sacado lo suficiente para un pan y un cartón de vino. Por hoy ya vale.
Mauro,levanta la vista para encontrarse con otra mirada tan vacía como la suya, tan triste como la suya, pero en la que ve vislumbrar un rayito de esperanza, un rayito de vida. Recoge las pocas pertenencias de su rinconcito y seguido por su fiel Pucho, toma la mano de ella y se pierden en la soledad y el frío de una calle cualquiera, con un supermercado cualquiera, en una ciudad cualquiera.


lunes, 18 de noviembre de 2013

Thanks to life - ERNESTO CORTAZAR

Mientras el agua corre bulliciosa y salta por lo abrupto del terreno, yo te miro, no digo nada, solo te miro. Tú estas ahí, a un paso de mí y sin embargo presiento tu lejanía. Tu mente en otro sitio. Tu corazón latiendo por otro corazón. No me quejo. Lo admito. Como no admitir que estés lejos, si lo estás. Como no dejar fluir tu deseo en otro deseo. Como amarrar lo que quiere ser libre y volar. Como no amarte, si te amo como si fueras yo misma. Tal vez más.
Te miro, como si fuera la última vez. Te amo, como si te tuviera para siempre. Te dejo ir, porque ya te has ido.

ME GUSTARIA

Me gustaría poder apoyar mi cabeza en tu hombro y saberme cobijada. Poder acurrucarme a tu lado y cerrar los ojos. Dejar pasar las horas. El tiempo no cuenta. Saber que todo está como tiene que estar, que nada acecha a ese micromundo al que pertenecemos los dos. Me gustaría, pero no puede ser.
Mi mundo es como una caja vacía que yo debo llenar, pero es tan tediosa la soledad. Da tanta pereza ponerse en movimiento cuando cada vez que extiendes la mano solo encuentras un vacío....
Hubo un momento en mi vida que eso no sucedía, pero hace tanto, tanto, tanto que ya no recuerdo bien si eso que creo sentí, fue verdad o tan solo un sueño, un extraño sueño y por eso no lo he vuelto a revivir.
Me gustaría tener otra vida. Pero tengo esta. Con ella intentaré pasar el tiempo, las vivencias que toquen y esperaré a que llegue el momento de despertar. Porque sigo pensando que estoy en ese extraño sueño y que cuando despierte estaré con mi cabeza apoyada sobre tu hombro y nuestras manos entrelazadas.




"PEOR ES LO MIO",

Cada vez que la informática y las nuevas tecnologías se confabulan contra mí, tiemblo y me entra un miedo tremendo. Me dicen que es el miedo a lo desconocido. Pudiera ser. Pero hay desconocimientos que no me producen sentimientos negativos. Más bien curiosidad por saber lo que pasa después, lo que hay detrás de ese desconocimiento. Pero hoy no es ese el caso. Cuando ves que todo el trabajo de un año se puede ir por la borda por estas malditas tecnologías, además de miedo lo que te entra es un "cabreo" de monumento ecuestre. Y encima, parece ser, que nadie quiere entenderte.
Cuando consigues tranquilizarte, tomártelo con más calma y esa cierta socarronería que solemos echarle los españoles a ciertos problemas, cuando no es a todos, van y te dicen eso de: "peor es lo mío", porque ya se sabe que siempre hay algo peor de lo que a tí te está pasando. Claro, que eso tan malo ajeno no tiene comparación con las sensaciones negativas que estas viviendo con tu problema, personal y casi siempre transferible, pero difícil de transferir. Y ahí te quedas tú, buscando la solución, con el miedo en el estómago, el día gris, lluvioso y frío que no ayuda mucho a encontrar nada, y menos soluciones, y una sensación tonta de que todo esto no te pasaría si no fueras tan decidida y no te metieras en "camisas de once varas". Pero ya se sabe, que para "aprender, perder".
Espero haber aprendido que no hay nada sin solución, excepto la muerte. Y mira por donde a "esa" no le tengo miedo.

viernes, 8 de noviembre de 2013

PREMIO. VIDA. MOVIMIENTO.

Pintora. Vi los colores, las formas, los lienzos y los pinceles me llamaron insistentemente. Entonces lo decidí. Quise ser, pintora. Poder llenar las telas, las maderas de colores inverosímiles, de pincelas, perdidas unas, controladas otras. Volcar imágenes y sueños. Copiar trazos de otros trazos. Darles mi vida. Convertirlos en propios. Y manché, cientos de lienzos, pinté docenas de sueños. Construí quimeras y parecía que había encontrado el camino.Me vi a mi misma como artista reconocida. Exposiciones, premios. Vida. Movimiento. Hasta que un día, encontré la palabra, los sentimientos. Quise desahogar mi perdido corazón y me di de bruces con las palabras que brotaban a borbotones, tanto que casi las perdía. No tenía tiempo material de ponerlas en papel que ya otras escapaban de mi mente.
Escritora. Entonces decidí que mi camino no era la pintura, y decidí comenzar el camino de las letras, de las palabras, de las ideas. Quise ser escritora. Contar al mundo todo lo que mi mente, mi corazón, mi alma albergaban y empece a emborronar hojas y hojas. Escribí poemas desgarradores, soledades tristes. Canté nanas a mis retoños. Describí momentos y pensamientos. De nuevo había encontrado mi verdadero camino. O, eso creía yo. Y de nuevo me vi ganadora de premios. Publicaciones en las librerías. Reconocimiento a mi trabajo. Vida. Movimiento.
No sé como, pero me encontré con el aprendizaje de poder ayudar a los demás en sus dolores. Aprendí a escuchar al cuerpo y a la mente. Y nuevamente creí haber encontrado mi camino. Ahora pintaba, escribia y ayudaba, escuchando, a los demás. Otra vez me vi haciendo día a día aquello que me llenaba. Otra vez me vi triunfando en esta nueva idea. En esta nueva etapa. Otra vez, premio. Vida. Movimiento.
Tantos caminos había encontrado y sentido como certeros que sin saberlo bien me perdí a mí misma y a los que me rodeaban. Perdí tiempo, porque no podía disfrutarlo. Ni sabía. Perdí momentos de la vida de los míos, por estar inmersa en otros mundos que no puedo certificar, fueran los mío.
Ahora ando perdida, buscándome. Me llaman los pinceles, los lápices, las teclas. Pero yo estoy sorda, sorda de conveniencia, porque lo que de verdad quiero y necesito es encontrarme a mí misma. Es tener tiempo para decidir qué, de verdad, me llena. Qué busco. Cuál es mi camino. Estoy justo en el medio de la encrucijada y no tengo nada claro que camino tomar.
Quiero ser pintora, escritora, "sicóloga" del cuerpo y de la mente. Pero lo que de verdad necesito es ser YO. Reconocerme en cada amanecer. Disfrutar del atardecer. Amar y aceptar la soledad y saberla disfrutar.
Estoy segura que, aunque no me veo, llegarán a mi, los premios, en forma de abrazos, besos, caricias. La vida, en forma de risas, de lágrimas de recuerdos, de sensaciones. El movimiento, en forma de arco iris de siete colores que enlazarán la pintura, la escritura y todo lo que en el fondo soy.
Paciencia.
(P.I.)

miércoles, 6 de noviembre de 2013

MIRO TU IMAGEN

Miro tu imagen. Los ojos claros sobresalen en un rostro arrugado por la vida y el tiempo. Miro tu imagen. Desde el papel de tonos sepias me devuelves y me sostienes la mirada. En ella, en su profundidad, veo una vida difícil, una vida de trabajo duro, de hijos que criar, de suelos que barrer, de campos que arar.
Miro tu imagen y siento en mi interior que me hablas, con dulzura de la dureza de la vida. Miro tu imagen y siento el magnetismo de esos ojos claros, sorprendidos siempre, que acompañan a la leve sonrisa que muestran tus labios.
Miro tu imagen y me reconozco en ella. No mentían los que decían que era tu vivo retrato. Miro tu imagen. Espejo que refleja un futuro, ya no muy lejano.
(P.I.)

miércoles, 30 de octubre de 2013

VOLVER A LA VIDA. AL AMOR

Me levanté despacio y deje paso al personal de enfermería. Corrieron la cortina y tu imagen desapareció tras ella. Esa fue la última vez que te vi.
Te habías ido dejándome huérfana de tus palabras, de tus miradas, de tus caricias, de tus besos. En mi memoria quedaron grabados los gestos mortuorios de tu amado rostro. Tu cuerpo, cubierto por una sábana blanca, inerte. El silencio se instaló entre tú y yo.
El personal del hospital, amable y eficazmente me informó de que me fuera a descansar ya que esllo se ocuparían de todo. Solo hacía falta que les dijera a qué funeraria deseaba que llamaran. El adiós definitivo , en sus comienzos es así de corto, práctico y eficiente. Casi no duele.
No quise coger el ascensor. El contacto con la gente me molestaba, sus comentarios, sus miradas. Era como si quisieran hurgar en mi interior. Todavía tenía la sensación de tu tacto, frío y tu cara de cera grabadas en mi mente. Bajé por las escaleras parándome para leer qué especialidades había en cada planta. Pienso que era una forma de anestesiar el presente.
Me quedé parada un rato en la cuarta planta. Maternidad. No es que echara de menos ser madre. Nunca me lo plantee. Nuestra relación era tan rotunda que lo llenaba todo. Instintivamente me adentré por  el pasillo al que daban las puertas de las habitaciones. Las flores eran una constante en todas ellas, incluido el control de enfermeras. Primorosos centros y ramos de todas la flores para agasajar a la madre y a la nueva criatura.. El perfume infantil se mezclaba con el de la asepsia hospitalaria.
De repente, lo oí . Lloraba con fuerza, a pleno pulmón. Un pequeño ser, de pocas horas de vida, era conducido en su nido transparente hacia la habitación de su madre. El corazón me dio un vuelco, en ese llanto reconocí algo familiar. No podía dejar de mirarlo. Acompañé a la enfermera hasta la habitación y entré con ella. Me debió de tomar por conocido de la recién parida, porque no se extrañó de mi entrada en la estancia. La madre lo recibió con una gran sonrisa en los labios en infinito amor en su mirada, tanto que escapa por sus poros llenando la habitación.
Cuando salió la enfermera, me presenté. Le conté algo de una espera al nacimiento de alguien familiar, tal vez un sobrino y le pedí que me dejara ver a su hijo.
Ahí estabas tú nuevamente, tus ojos almendrados, tu piel morena, los hoyuelos de tus mejillas, que tanto me gustaban cuando sonreías. Lo sabía, dentro de mí, lo sabía. Sabía que no me ibas a dejar sola.
Te habías ido hacía unas horas, pero ya estabas nuevamente aquí, a mi lado. Cogí la pequeña mano y la acaricié llevándomela a los labios para besarla con amor. Unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Otra oportunidad de vivir nuevamente otra vida, juntos. Ahora ya sabía que me tenía que ir para volver a estar junto a ti.
Salí al frío de la calle. Mi mente embotada por lo vivido últimamente no se percató de los focos que venían directos hacia mí. El sonido del claxón, el chirriar de las ruedas al frenar. Giré la cabeza, pero no me dió tiempo a reaccionar. Oscuridad, después la nada.
Ya faltaba poco para volver a estar juntos, otra vida. La eternidad.

domingo, 27 de octubre de 2013

EN SECANO


Por favor, dónde está mi musa, dónde sus susurros en mi oído?. Me ha abandonado y no quiere volver a mí. La entiendo.Hay tantas cosas, tantos cachivaches en mi mente que se pierde y tropieza, no puede caminar libremente llevándome de la mano para poner en palabras lo que siente.
Anoche, la abandoné, nada más que llegara. Vino con tanta fuerza y me encontró tan cansada, que me dí media vuelta y me metí en la cama. Sé que se ha enfadado, porque me he despertado varias veces con su voz en mi cabeza, con sus ideas, con sus palabras, ya casi gritadas, creo que por el enfado.
LLevo varios días, que digo días, digo semanas, que las palabras se estrellan contra el ruido y las escenas del recuerdo y las preocupaciones del futuro y la no aceptación del presente. Se estrellan y no salen y ella, mi amiga musa, las recoge con cariño, las recompone y las pone en su sitio para que salgan.
Me iré a comprar un saco de silencio, para esparcirlo a mi alrededor, cerraré los ojos, abriré los brazos y me dispondré a que las palabras fluyan para poder plasmarlas en el papel. Tal vez así vuelva.
(P.I.)

UNOS OJOS


Miré la foto una y otra vez. Intente ver en el fondo de esos ojos que me miraban los pensamientos que escondían.
No tendría más de ocho o diez años. Ojos negros, grandes, rasgados, enmarcados por unas pestañas tupidas y largas. Gritaban una tristeza y un desamparo ilógico en la edad de esa criatura. La inocencia gritaba el adiós obligado por unas circunstancias a las que no eran ajenas ciertos individuos de traje y buenas palabras.
En esa carita solo los ojos gritaban, los labios, tibios, donde debía estar una sonrisa eterna y feliz estaban sellados, silenciosos.
Yo no podía dejar de mirar la imagen, lo que en ella se representaba. Tal vez el fotógrafo no quiso retratar a una niña desarropada, sucia y hambrienta, de ojos tristes que gritaban al mundo la desidia de esa opulencia que era el verdadero motivo de la instantánea y sin embargo, en un claro segundo plano salía ella, rompiendo la magia y la belleza efímera de oropeles falsos, tan falsos como la caridad de quien se publicitaba con todas esa parafernalia, para mostrar al mundo la basura de un alma corrompida por el poder y el dinero.
Pienso que la inmensa mayoría vimos antes esa carita que nos hizo retorcernos en nuestra comodidad cotidiana y que nos dejó presos de unos ojos difíciles de olvidar.
(P.I.)

miércoles, 23 de octubre de 2013

UN NUDO


Tengo ahí, en el centro de mi cintura un nudo que me impide respirar. Por más que lo intento el aire no pasa, el agua no pasa, la tierra no nutre y mis raíces empiezan a fallecer.

Abro y cierro la boca como un pez fuera del agua. El nudo sigue ahí, aprieta, aprieta el alma.

El miedo crece y la hora se acerca. Me falta aire, me falta vida. Cierro los ojos y todo se vuelve negro, el túnel es angosto, largo, muy largo. En la lejanía oigo como un pitido sordo, ronco, me imagino un tren, pero está lejos.
Quiero echar a correr, pero no puedo, el nudo, el aire, la tierra, las raíces, el miedo, todo me lo impide.
Abro los ojos, el día está triste, llueve. El despertador suena. Lo apago. Siento, siento un nudo ahí, en el centro de mi cintura. La hora se acerca. La despedida. El adiós.

(P.I.) (FRAGMENTO DE: UN SUEÑO)

domingo, 20 de octubre de 2013

EL SONIDO DEL ACORDEON

La vio sentada, con la mirada perdida en un punto distante, miraba sin ver. La sonrisa helada era más una mueca que el reflejo de un pensamiento dulce, armónico. La melena despeinada decía en silencio y sin palabras el tiempo pasado en el mismo sitio, con el mismo dolor, con la misma desolación. El vaso vació.
La música embriagaba sus sentidos, completando la que le producía el alcohol ingerido en una noche de locura, de desespero, del olvidar lo que no se deja olvidar.
El sonido del acordeón le llevo nuevamente a las calles de Montmartre, a las escaleras de pintura vieja, ajada, sucia, con escalones de madera desgastados por el tiempo y por el uso. A las risas claras y frescas como el agua del manantial. A la pasión revuelta con las sabanas que cubrían su cuerpo, su amado, su deseado cuerpo. Eses cuerpo que idolatró y por el que  hubiera cometido mil locuras. Mil más de las que ya cometió.
La vio sentada en el otro extremo de la barra y la música del acordeón los envolvió. Nuevamente iba a cometer una locura. No le importó el recuerdo, el dolor, que le había hecho llegar hasta ahí .Todavía le quedaban novecientas noventa y nueve. Solamente la vio sentada y la amo.

http://www.youtube.com/watch?v=iKkVciKgOHE

Astor Piazzolla - Vuelvo al sur (Koop remix)

martes, 15 de octubre de 2013

LA CENICIENTA QUE NO QUISO COMER PERDICES



La Cenicienta tenía tantas, tantas ganas de ir a la fiesta.....que al final lo consiguió. Pero se puso tan ansiosa, que a la mañana siguientes no se acordaba de nada (Llego a las 12, pero a las 12 del día siguiente) y ahí estaban esos dos señores con EL ZAPATO DE CRISTAL, de tacón de palmo y de punta, esperando para que se lo probara. Al principio no le cabía el pie, pero apretó y apretó hasta que el "cabio" y metió la pata, ¡ porque se tuvo que casar con el príncipe!.

Al príncipe le encantaban las perdices, pero Cenicienta era vegetariana y no comía carne ni pescado, ni llevaba chupa de cuero, pero aún así tenía que cocinar las perdices porque eran la comida preferida del príncipe.

Se las cocinaba al horno, rellenas, fritas, a la plancha, en escabeche..........

¡ Estas estan saladas!, ¡ estas están crudas!, ¡ estas están quemadas!, gritaba el príncipe malhumorado, porque nunca le cocinaba las perdices a su gusto. ¡ Qué disgusto!.

Y lo peor: tenía que ir subida en los zapatos de cristal, de tacón de palmo y punta..... ¡ Qué vertigo !.

Al principio intentó poner la espalda recta, pero se caía hacia atrás, así que se fue inclinando y por su espalda se fueron deslizando todas las ideas e ilusiones. Y la planta del pie,chafada completamente. ¡ Eso es horrible, en la planta del pie están reflejados todos nuestros órganos! ¿ Qué hacemos en occidente con todos nuestros órganos chafados?

¡ No, si es que aquí no se practica la ablación, porque no saben por donde cortar!

Cenicienta cada vez se encontraba peor: enferma, deprimida, perdida.

Un día decidió contarlo: ¡ Qué rollo de príncipe, de zapatos y de perdices!

- "No te quejes de los zapatos, mi príncipe es moderno y yo voy subida en unas plataformas de medio metro" dijo la vecina moderna.

- "No te quejes, a mi príncipe le encantan las vacas y necesito ocho microondas para calentarle la cena" dijo la amiga autóctona.

- "No te quejes, ¿dónde vas a estar mejor que con un príncipe?" dijo la reina madre.

- "Pero, ¿ tú no eres vegetariana y te gusta andar descalza? dijo el colega republicano con perro




Así que Cenicienta se confundió más por los comentarios de la gente, dejo de contarlo y se quedo sola. Sólo tenía a su príncipe "amado", la espalda torcida, los pies chafados y el corazón destrozado.

Y un día tuvo la suerte de verse a sí misma ¿ Quién es la última? Y le dio por reírse de sí misma, de lo inocente que había sido, pensado que el príncipe la salvaría. Después de años viviendo con uno se dio cuenta que los príncipes no salvan.....ni los camioneros, ni los disjokeys, ni los pasteleros.......

Dejó de sentirse culpable, se perdono y se dio cuenta de que la única capaz de salvarte eres TÚ MISMA.

Así que dijo ¡BASTA! y apareció el hada que era una basta (he de contaros que las hadas son gorditas, peludas y morenas y que están dentro de nosotras y salen cuando dices. ¡ basta!

En cuanto la hada vio a Cenicienta, la abrazó y la estrujo. Cenicienta en el momento que se vio recogida, se puso a llorar. ¡ Hacía tanto, tanto que no lloraba!

Primero empezó a llorar por el príncipe, por tantas perdices muertas, por los zapatos. Luego siguió llorando al recordar a su madrastra que la maltrataba, que su padre la trataba peor, que sus hermanas casi se mueren por utilizar una 38 de Zara. Lo lloro todo, todo....(hasta lo que nació en el hospital, en vez de en casa). Lloró también dos vidas anteriores, por si acaso, (para no repetir karma) y se sintió mejor que nunca ¡VACÍA! (con el miedo que le daba a ella quedarse vacía)

Ahora sólo tenía que llenarse cosas bonitas.

En primer lugar dejo al príncipe, a pesar de que es tan difíciles dejarlos que a veces repites hasta 2 o 3 príncipes más. Luego dejo los zapatos y las perdices.




Una vez sola, descubrió que quería disfrutar de su cuerpo que tan castigado había estado.

Descubrió la danza libre, que no es tan libre, pero que te hace sentir libre. Esta danza da igual que calces un 42, peses 90 K., midas 1, 92 o tengas 80 años.

Y así fue como encontró en el camino la transformación de otros seres:

A la Ratita Presumida, le dio por engordar y ahora liga más.

A Bella Durmiente y Blancanives están empezando a despertar ( a desintoxicarse del Prozac)

La Caperucita Roja, le había salido violento el cazador, debido a sus dioptrías emocionales, no le vio la escopeta.

Pinocho, harto de mentiras, necesitaba encontrar la verdad y El Hombre de >Hojalata, que llorando, llorando, encontró su corazón.

Una vez libres, pudieron realizar sus sueños, ayudándose entre sí. Cenicienta monto un restaurante/cabaret vegetariano que se llama "Me sobra armonía", donde además de comer no se para de bailar.

Ahora están encantadas de haberse conocido, pero también enfadadas por el papel que han tenido que representar en los cuentos, durante siglos: niñas pasivas, esperando que pidan su mano y les quiten la vida.

SE ACABO, ha empezado un cuento nuevo.

FIN

(bueno, fin...fin....ya sabemos que los finales no existen. Todo continua)

OTRO AÑO

El verano se resiste a dejar su reinado y va dando pequeños coletazos de buen tiempo antes de que el otoño se haga firme entre nosotros. Lo mismo le ocurre a mi año particular, también está dando sus últimos suspiros y no tengo muy claro si es una cosa o la otra, el caso es que hoy me he levantado con el ánimo un poco falto de esa energía que me caracteriza y las consecuencias son que mi pensamiento se ha vuelto filosófico-pesimista.
Un año más. La vida se va desgranando poco a apoco, hora a hora, momento a momento. Te va enseñando lecciones necesarias para tu crecimiento. Lecciones que unas veces entiendes y aprendes y otras que se van repitiendo cíclicamente hasta que las aprendes o dejas de repetir tu actitud. Básicamente es lo mismo.
Mis días tienen la constante de lo repetido, de lo cotidiano, esa espiral en la que un día comienza igual a otro hasta que te das cuenta de que el tiempo invertido es siempre el mismo, en el mismo hecho. Eso, tiene también su parte positiva, ya que puedes hacer las cosas con el pensamiento en otro sitio, en otros momentos. Son hechos mecánicos, abrir ventanas, dejar que el aire fresco y húmedo entre en la habitación y se lleve el aire viciado de la noche, de los sueños tortuosos, que sin llegar a ser pesadillas, te dejan un mal recuerdo. Casi siempre tan incomprensibles como esos momentos que la propia vida te pone delante y no entiendes cual es la finalidad de los mismos.
En esas labores cotidianas de primeras horas del día estaba, cuando mi pensamiento vagando libremente me llevo a ese terreno, pantanoso y peligroso, que es el repaso de la propia existencia. La consciencia de un año nuevo por empezar, con la incertidumbre de si realmente se desea empezarlo, como se comienza un libro nuevo, un cuaderno nuevo, con ilusión y expectativas renovadas; o mejor seguir la dinámica del año que termina, esa de la comodidad que surge en la seguridad insegura que te da el día a día, esa monotonía que te va matando poco a poco, en la que te sientes como pez en agua fangosa.
Buscaba una palabra para definir este momento y no se me ocurría otra que "decadencia". Me veo a mi misma como a esos edificios, que llegando al medio siglo, van perdiendo el esplendor de sus fachadas y que aunque sus dueños deseen conservarlos por su belleza, por su riqueza ornamental, la estructura va fallando porque el paso del tiempo es inexorable y porque los vaivenes del tiempo van dejando su huella..
No me gusta esa palabra, como no me gusta la palabra vejez, por que me hace ser consciente, de que mi tiempo se acaba en pos de otro tiempo más etéreo y de que todavía muchas ilusiones, muchos sueños, no se hicieron realidad y ya las energías necesarias para ello, van desapareciendo.
Espero que las nubes que cubren el cielo, desparezcan, dejando paso al sol brillante y todavía cálido de comienzos del otoño. Seguro que con ellas se irán también estas sensaciones pesimistas y rastreras, para dar paso a la ilusión y las ganas de comenzar otro año nuevo. Esos años nuevos que solo comparto con aquellos que nacieron el mismo día que yo. Años nuevos especiales, personales, tan diferentes como diferentes somos cada ser humano, cada pensamiento, cada momento de una existencia llena de horas, unas vividas, otras, soportadas, otras........perdidas.
Mañana, comenzará un año nuevo. Ahora, todavía me quedan cosas por terminar, antes de que este año muera.

jueves, 26 de septiembre de 2013

¿ALGUIEN LO ENTIENDE?

Sigo a revuelta con las noticias, esas que llevo un tiempo que me niego a escuchar, para proteger mi salud, más que nada, y que aunque no quiera acabo enterándome.
Los mil y un despropósitos del gobierno que nos desgobierna. Ese que firma el tratado de Kioto y después penaliza las energías renovables, porque ya no le son "rentables" al sr. ministro de industria. En los países donde el sol luce una media de cuatro horas y sin fuerza las premian, aquí que tenemos sol y aire por doquier, aquí, las penalizamos. ¿Alguien lo entiende?

La enseñanza y la educación de la población son la tarjeta de visita y representación de un país. En este, nos la repampinfla y cortamos por lo sano. Se maneja mejor, mucho mejor, una manada de borregos más aborregados todavía. Si naces en una familia donde el dinero mana, sin querer saber su procedencia, sea legal o no, tendrás la suerte de poder tener estudio, educación, libros y conocimientos. Si no has tenido esa suerte, este nuestro gobierno te llevará al analfabetismo más burrológico posible. Eso sí, impuestos los pagamos todos y quien no los paga sentirá el acoso de mamá Hacienda, a no ser que pertenezcas al mundo del futbol de primera o al de politicastros sin más. En los paises del norte de Europa, todos los niños van a colegios de enseñanza pública. Aquí eso es impensante. Se imaginan ustedes a los hijos de nuestros gobernantes asistiendo a una aulas al lado de hijos de emigrantes? No, ¿verdad?. Al resto nos recortan nuestro derecho a una enseñanza de calidad, por la crisis, dicen. ¿Alguien lo entiende?

La sanidad pública no puede hacerse cargo de las enfermedades que produce el uso del tabaco y prohíbe fumar en espacios públicos y laborales. Dándonos muestra de que cuida de nuestra salud. Es más, lo prohíbe hasta en espacios abiertos y ahora resulta que Eurovegas ha conseguido que en los sitios donde hay máquinas tragaperras y juegos, sí se va a poder. Quiere decirse que ¿la sanidad pública, con eso de que ya pagamos más parte en medicamentos, en asistencia hospitalaria y como han recortado en personal médico y de asistencia, sí va a poder hacerse cargo de las enfermedades del tabaco y de las originadas por las ludopatías, que evidentemente van a producirse con la instalación de casinos y demás "industrias" del juego?. ¿Alguien lo entiende? (Que conste que no soy fumadora ni jugadora)

Un país donde la industria de verdad, la que crea riqueza, va desapareciendo a marchas forzadas y con ayuda de nuestros "padres patrios". Un país donde solo crece bien todo aquello relacionado con mafias, engaños, y desmadres mil. Un país donde sus ciudadanos de a pié ven como se va recortando todo aquello que es necesario para poder tener un futuro de esperanza en las generaciones siguientes. Un país de chufla y pandereta, cada día más desencantado de todo. En definitiva, un país que en vez de ir hacia el futuro va hacia un pasado del que no hemos aprendido nada.
¿Alguien lo entiende?

viernes, 20 de septiembre de 2013

MIENTRAS CAE LA NIEVE

Inesperadamente. Esta noche ha nevado. Por eso, ha sido mayor la sorpresa. Abro la ventana, sigue nevando, mansa, calladamente. A lo lejos, la Sierra de Guara y el pico del Aguila, todo engalanado. Y lo mismo, el vecino cerro de la ermita de San Jorge. La nieve convierte en paraíso sin estrenar los más áridos paisajes. Todo blanco, resplandeciente, casi daña a la vista. Un manto blanco cubre la tierra, que la hace blanda, esponjosa, como una alfombra, para no herirla con los pies, dejando en ella nuestras huellas.
Los poetas cantan a la nieve blanca, purísima. Pero acaso no se fijan bastante en el silencio del caer los copos sobre la tierra. Oímos, claramente el estallar de la tormenta, y llegamos a oír la caída de la lluvia y percibimos el chirrido del tiempo que, poco a poco, va minando nuestra vida. Para embellecer, la nieve no necesita hacer ruido. Si nos sorprende en la calle, la nieve, sobre nuestro rostro, no hiere, acaricia, caricia en silencio.

No sé porqué, relaciono la nieve con aquella sencilla mujer, que conocí, hace bastantes años, en una aldea de las estribaciones de la sierra de Marcuello. Se llamaba Leonor. Era una mujer encantadora, irradiaba bondad, hacía el bien en silencio, sin ruido, sin que se notara. Sus manos ajadas por el trabajo de la casa, tenían la virtud de embellecer lo que tocaban. Ante cualquier acontecimiento, alegre o triste, allí estaba la Sñra. Leonor, dispuesta  ayudar. Las puertas de su casa, siempre abiertas, para todo y para todos. Era la clásica mujer de pueblo, que no hizo nada extraordinario, pero hacía extraordinariamente bien las sencillas cosas de cada día.

La Sñra. Leonor murió un día frío de enero. Había nevado. Un fuerte catarro, que desencadenó en neumonía, la retuvo en cama dos o tres días. Presintió que había llegado su hora. LLamó a sus hijos, quiso que le acompañaran en la recepción del sacramento de enfermos, los abrazó, les dio los últimos consejos y paulatinamente, se fue apagando su vida. Sus hijos emocionados, recuerdan los últimos momentos de su madre. Y yo, aunque han pasado muchos años, no la he olvidado.

La ermita de Nstra. Sñra. de Marcuello, de la que era muy devota, se vistió de blanco para decirle adiós.

(En recuerdo a mi querida abuela Leonor, que aunque no pude conocerla, la llevo en mi corazón)
(Texto transcrito de una revista pastoral en la que se hablaba de mi abuela).



BIENVENIDO OTOÑO

Vuelve, como cada año, en su ciclo vital. No abandona su cita anual, al principio lo hace suave, como queriéndonos engañar, todavía nos resistimos a aceptarlo. Pero poco a poco él va haciéndose el hueco que necesita, poco a poco va dando muestras de que ya está aquí, lo queramos o no. Lo notamos en tantas cosas que verdaderamente no nos queda otra situación que aceptar aquí sus días más cortos, sus vientos más fríos, sus lluvias pertinaces. Las hojas que caen, dejando desnudas las ramas de los árboles y el suelo con esa alfombra que parece tener vida propia, formada por ellas. Nuestro ánimo se va quedando más apagado, buscamos sin quererlo la intimidad, el refugio, el interior, nuestro yo más profundo.

Ya la luz de los meses anteriores queda en ese vago recuerdo que nos dejan los días pasados. Los largos paseos nocturnos, las risas y la música en la terraza del bar, la algarabía y el bullicio de los días de vacaciones. La ropa de suave levedad y colores alegres. Todo, forma ya, parte del recuerdo.

Bienvenido otoño!!, otro año más.

CERRAR RECUERDOS

La mañana ha amanecido fresca, son los primeros días de otoño y el camposanto se encontraba inmerso en ese silencio que solo los muertos son capaces de respetar. Es el tercer día consecutivo que vengo a mirar tu tumba y a recordar el tiempo que compartimos.
Es curioso, me enteré del por qué de tu silencio años más tarde. La vida siempre va dándote lo que le solicitas y yo le pedía tan insistentemente que al final me concedió el saber por qué me quede esperando una llamada que nunca llegó. Es lo que tiene la distancia y el solo tú, solo yo.
Recuerdo ahora unos versos de Becquer en los que dice: " Qué solos se quedan los muertos " y es cierto, porque miro este rectángulo de tierra donde reposa ese cuerpo que amé, que acaricié y que ahora encierra solamente la viudedad y el orfandad en la que me dejaste, rodeada de un silencio difícil de entender, de comprender y no encuentro la razón de que estés ahí. Sin embargo siento que ahora tu soledad es más que la mía.
Se cumplían dos años de espera, dos años de pensar qué podía haber sucedido. En el fondo temía lo peor, pero no quería que eso fuera cierto, prefería un cansancio, un hastío a que el no saber nada de ti fuera por algo irremediable. Por eso, tal vez, no había querido saber nada.
Llame a tu casa y una voz de mujer me contestó, cuando pregunté por ti, su silencio me indicó la extrañeza con la que recibió mi pregunta. - Mi padre falleció hace dos años. Me contestó y lo que yo tanto temía se hizo realidad, se materializó en segundos, rompiendo en añicos la caja donde en mi mente guarda todos tus recuerdos. En ese momento y casi mecánicamente solo pude decir un quedo " lo siento, no sabía" y pregunté qué te había sucedido y donde te habían enterrado o esparcido tus cenizas. Nunca hablamos de eso. Bueno, yo sí te dije en una ocasión lo que yo quería, pero me silenciaste con un beso y ya no dijimos más. Me contó que de camino a tu trabajo te sentiste mal, ese camino en el que me dijiste que me llamarías, y que tu corazón no aguantó hasta que te llevaron al hospital. Ahí termino tu vida, tus sueños, tus ilusiones, tus proyectos y comenzó el calvario de mi no saber, de esperarte, de tu silencio, de la nada.
Miro tu tumba, una y otra vez, cada día te dejo una rosa como esas que tú me regalabas en mi cumpleaños, el día de San Valentín o un día cualquiera porque, según me decías, era tu princesa. Quería ser tu reina, pero no lo logré. La lápida solo tiene tu nombre grabado y una fecha, la de tu muerte. En algún momento alguien, tus hijas tal vez, depositaron sobre ella un ramo de claveles y gladiolos que ahora yacen marchitos y que no me atrevo a quitar. Solo lo retire un poco para dejar mis rosas sobre tu corazón.
Los recuerdos me acechan mientras miro sin ver las letras de tu nombre. Recuerdas, al principio, cuando entrando en una solitaria iglesia, me besaste y muy bajito me dijiste: - Quiero que Dios sea testigo de este beso. Fué a partir de ahí cuando yo me sentí ligada a ti para siempre. Sé que te pertenecía, pero nunca estuve segura de tú me pertenecieras a mí. Tampoco le daba mucha importancia. Nos dimos una estabilidad que no teníamos ninguno de los dos, nos redescubrimos como personas y como amantes. Reímos y lloramos juntos, nos apoyamos y la distancia no fue un obstáculo para querernos.
Cuando me enteré de tu fallecimiento me faltó tiempo para, y aunque era la primera vez que salía de mi país sóla, coger el avión y darte un último adiós que me liberara de la angustia en la que estaba inmersa. Hoy es el último día que vengo a dejarte mi rosa, mis lágrimas y no te digo adión, si no un hasta luego, porque ahora ya siempre vivirás en mi recuerdo y en mi corazón el resto de mi vida.
Aquí delante de tu tumba, voy desgranando uno a uno esos recuerdos que he guardado siempre celosamente en mi memoria. Recuerdas, cuando llegabas y me abrazabas haciendo tuyo todo el relieve de mi cuerpo y me besabas en la comisura de los labios, diciendo muy bajito: - Como estás, Niña?. Yo aspiraba el perfume que emanabas y volvía asentir la sensación de estar en casa. Tu risa, tu forma de mirarme, de acariciarme, todas las sensaciones que durante estos años han sido difíciles de olvidar y de cerrar tras la puerta que deja muerta nuestra relación.
Te fuiste, ni siquiera te despediste y yo en mi ignorancia y por qué no decirlo, en mi temor te esperé.

Con el frío metido en los huesos, abandoné el camposanto, en el mismo momento que una mujer joven, con un ramito en las manos se acercaba por el otro lado de la calle que yo tomé para salir. Disimuladamente, me volví y ví que se paraba ante su tumba. No pude dejar de mirar lo que hacia. Con sumo cuidado, retiró el ramo seco que yo no me atreví a quitar y se quedó mirando largo rato las rosas que yo iba colocando cada día. Después con delicadeza las cogió, las unió a las que llevaba y las dejó todas juntas. Era una de sus hijas, se parecía tanto a él, que mi corazón dio un vuelco.
Por fín he cerrado esta página, por fín puedo dejarte en la caja de mis recuerdos.
Hasta siempre.

viernes, 23 de agosto de 2013

UN FIN REPETIDO

Miro a mi alrededor para cerciorarme de que no se me olvida nada. Me cuesta, siempre me pasa lo mismo, me cuesta salir de la casa y cerrar la puerta, es como si dejara ahí, prendidos de las paredes unos momentos mágicos, momentos anhelados durante todo un año y de los que yo sólo he sido testigo, espectadora de las escenas ahí representadas.
En mi interior sé que no quiero irme, que ese es mi sitio, que esa es mi casa, que yo quedo ahí atrapada y por eso ese tardar, ese repaso constante para no dejarme nada cuando en realidad lo dejo todo.
Lo último que hago es dar cuerda al reloj de la mesita de noche, es de esos antiguos de campana, para que su tic-tac siga escuchándose un poco más en el silencio de la soledad en la que quedará envuelta la habitación. Es como si el hecho de que las saetas marquen unas horas diferentes a la de mi partida, hiciera que yo todavía estuviera presente durante esos momentos. Las partidas siempre son difíciles, sobre todo cuando te despides de ti misma.
El paisaje es el mismo que he percibido esta mañana la despertar, las mismas flores, las mismas piedras, las mismas montañas, sólo el sol ha cambiado de posición y sin embargo yo lo percibo de otra manera.
Bajo las escaleras y me introduzco en el coche. Ver la casa cerrada me produce tristeza. Sólo unas horas antes había vida, voces, música, charlas, risas. Ahora el silencio sólo roto por el tic-tac del reloj de mi dormitorio, pero eso también tiene el tiempo contado.
Miro hacia atrás y veo como va pasando el paisaje tan conocido, las casas se van difuminando y ya sólo me envuelven las montañas con su verde brillante y su vida y la carretera de asfalto que serpentea entre ellas. Dentro de unas horas, todo habrá terminado. Vuelta a los horarios, a las obligaciones, al día a día cotidiano y hastiante. Vuelta a la vida real y virtual, vuelta a lo que sólo unos pocos días antes ansiaba por perder de vista.
Se terminaron las vacaciones, pero una parte de mí se quedó en esas montañas y en esa casa, por eso sé que no tardare en volver a reencontrarme conmigo misma y nuevamente las contraventanas se abrirán y el sol, el viento y la vida volverán a entrar en la casa y en mí.

UN PENSAMIENTO

Muchas veces nos cuesta entender por qué suceden las cosas, por qué la vida cambia de la noche a la mañana. Tú un día estás tan tranquila y al día siguiente tu vida ha dado un vuelco y tienes que bregar y luchar con situaciones que ni siquiera sospechabas.
En ocasiones el simple hecho de sacar de adentro del alma todo aquello que lleva una vida enquistado es suficiente para que a partir de ahí todo se convierta en un infierno o en un remanso de paz y tranquilidad. Todo dependerá de con que actitud encares lo que te viene en el futuro.
Nos empeñamos en encasillar, en hacer las cosas "como siempre se han hecho", en que un día sea igual al anterior y esperamos que el siguiente sea tan apacible y esté tan controlado como el actual. No nos paramos a pensar que la vida es un continuo cambio, que nada queda estático. La Naturaleza cambia de un día para otro, a veces no somos conscientes, pero si paramos y observamos, podremos ver que va cambiando, que hay plantas que mueren y otras que nacen. La erosión va dando forma a las piedras y algunas se sueltan y caen por el efecto de esa erosión o por los elementos climáticos, cambiando el paisaje.
De niños, somos capaces de jugar despreocupados, no pensamos en el ayer y mucho menos en el futuro. Los días pasan lentos, los años cuesta cumplirlos y todo es emocionante. Más tarde y sin llamarlas llegan las preocupaciones, las responsabilidades, los razonamientos y las creencias que gratuitamente nois vana dejando marcados primeramente nuestros padres, después la sociedad que nos rodea y ahí soltamos la vida y recogemos miedos e incertidumbres. Temo que a eso se le llama convertirse en adulto.
Ultimamente pienso mucho en eso de ser niño o adulto y me encuentro con que yo deseo ser niña y mi entorno y la sociedad en la que estoy involucrada me obligan a ser adulta. Entonces, cuando no me ven, hago una travesura que me devuelve a mi misma y pone una sonrisa pícara en mis labios. Cuando llega la noche y la recuerdo, me duermo con esa sonrisa en el corazón y en el pensamiento. Por un momento les he ganado la partida a los cenizos que me rodean y soy feliz.

miércoles, 12 de junio de 2013

MAL VAMOS

Miro el reloj nuevamente, la mañana pasa despacio, los minutos se alargan en las telas de araña de la no actividad. Hay poco trabajo, la crisis, dicen. Pero yo sé que hay algo más que esta crisis que se nos está llevando los sueños y las esperanzas. Las ilusiones se rompen. Nos dicen que es el momento de la imaginación y nos cuentan de personas, micro empresas, que abren negocios por Internet, la red es ahora el no va más del trabajo y la producción. Escuchas, observas y te das cuenta de que te están vendiendo humo, de que no ofrecen más que tiempo libre y sí, volvemos a la compra-venta, ahora por Internet.
El caso es que, metida en mi mundo y en mis pensamientos ociosos del engaño y del "vea usted el mundo como nosotros queremos que lo vea", suena el timbre de la puerta. Con paso lento me levanto de mi silla y dirijo mis pasos para ver qué se le ofrece a quién rompe mi monotonía mañanera.
Ante mí , un chico joven de unos veinte años, más tarde confirmo que son los que tiene, con una mochila sobre sus espaldas, llena de ilusiones y otros enseres, el teléfono lo lleva en el bolsillo. Se me queda mirando y con voz tranquila me pregunta si puede dejarme el curriculum. Otro, pienso yo. Extiendo la mano para cogerlo, me lo entrega y me da las gracias. Se va con paso rápido, tal vez a entregar más de esas hojas donde cuenta lo que ha dado de sí su corta vida.
Un nudo se me forma en la boca del estómago. Un nudo de rabia, pena y rebeldía. Con qué cara mirar a estos jóvenes, a este futuro mañana, sin futuro. Qué decirles cuando sabes que nadie los va a contratar, que no es cuestión de entregar curriculum, que no es cuestión de estar mejor o peor preparados, que no son ellos los culpables de nada, como tampoco lo somos nosotros, aunque sí los que pagamos las consecuencias de todos aquellos que quisieron ser Midas y no llegaron más que a chanchulleros que se enriquecieron a costa de las ilusiones y los sueños de gente que caminaba por la vida con paso lento pero decidido, que no pretendieron que el sol saliera cuando reinaba la luna. Nos vendieron la tierra veinte veces y nos ahogaron en ella para sacar más beneficio.
Me pongo en el lugar de estos jóvenes a los que unos cuantos les han robado el futuro y siento crecer ese inconformismos, esa rebelión, que en otros tiempos, a otras gentes les llevaron a comenzar esas luchas que llevan sin remedio a la destrucción.
Mal vamos......

martes, 28 de mayo de 2013

ENFADADA VS CABREADA

Hace un tiempo tome la decisión de no leer ni ver noticias, me niego a que sólo sean noticias las situaciones, las actuaciones y las actitudes más peyorativas y denigrantes del y para el ser humano y su entorno. La verdad es que llegó el momento en que atentaban contra mi salud física y psíquica.
Hasta aquí todo bien, pero hoy he faltado a mi promesa y mientras abría el correo he estado ojeando algunas noticias, el resultado: ¡ Un cabreo del tamaño del Everest !.
¿Por qué siempre son los mismos los que pagan las nefastas actuaciones de unos avaros sin medida, que viven por encima de los demás y a los que tenemos que obedecer y estar agradecidos, cuando deberían ser ellos los que besaran el suelo por donde pisamos los que les damos de comer?
¿Por qué en vez de recortar prestaciones sociales no recortan el dinero que nos cuesta tanto mercachifle?
¿Es necesario seguir pagando sueldos de por vida, cuando ya han dejado el cargo que ejercían?, ¿ por qué no es incompatible ese dinero con el que reciben por sus servicios en el empresa pública?
La única empresa que paga a sus "trabajadores" una vez dejan de prestar sus servicios en ella es el gobierno, los demás hijos de vecino, cogen sus rabos entre las piernas junto a un finiquito y salen a buscarse las habichuelas a otra parte.
¿Es necesario tanto senador, tanto diputado, tanto presidente, tanto  secretario, tanto.....(aquí cada uno pone la palabra que le intereses) como estamos alimentando y recreando?.
A pocas cuentas que se hagan, y yo que soy de letras las he hecho y me han salido, se ve que lo que verdaderamente está lastrando este país, este continente, este planeta, es la cantidad de politicastros, faranduleros y gentes del buen vivir a costa de los demás, que estamos manteniendo y a los que nos los pasan por delante de las narices para que veamos lo guapos y listos que son, la suerte que tienen y que debemos de bajar los ojos porque los demás somos "simple chusma borreguil", envidiosa y analfabeta, además de: ¡ feos de cojones! y sin glamour.
Se me estás ocurriendo unas cuantas palabras para describirlos a todos ellos.
¡ Ya basta ! Cada uno con su vida tiene más que suficiente, es más, algunos les está grande su propia vida y se meten a dirigir al resto. Por si teníamos poco  a los nuestros, a nuestra propia bazofia, se les une la del resto de la CE. ¡ Vaya merienda de ladronzuelos !
Vuelvo firmemente a mi promesa, no quiero noticias que tengan que ver con esta gentuza que soportamos no gratuitamente. No son noticia, ellos son el pan nuestro que cada día.

Nuevamente llueve, la lluvia es suave y en el horizonte empieza a clarear un cielo azul, limpio y nítido. Ojala
en este país empiece a clarear también conciencias limpias y nítidas. A todos nos iría mucho mejor. Yo leería y escucharía las noticias y sobre todo no pillaría estos cabreos.
Esta es la noticia que ha hecho saltarme todas mis buenas intenciones y me han empezado a surgir preguntas que nadie me responde.


http://noticias.es.msn.com/nacional/el-gobierno-retira-el-subsidio-a-los-mayores-de-61-a%C3%B1os

jueves, 23 de mayo de 2013

HABLARNOS

No sé si es la edad o que he aprendido a vivir un poco más despacio y me da tiempo a observar, el caso es que últimamente me doy cuenta de que a las personas, no a todas, claro está, les gusta regodearse en los pensamientos más siniestros, en ver la parte negativa hasta de lo más positivo y les dan vueltas y vueltas y vueltas al tema, hasta que lo han desvirtuado tanto que ya no se reconoce el origen del problema, eso ya no es problema porque se ha dividido en tantos otros que la montaña no hay forma humana de escalarla.
Pienso que no se hacen las preguntas necesarias, esas que pueden abrir la puerta de las respuestas-soluciones,: ¿Qué quiero?, ¿Qué siento?, ¿Qué necesito?, por ejemplo. Luego está la segunda parte, ser sinceros en nuestras respuestas, no vale contestas a: ¿Qué debo querer?, porque muchas veces en la contestación aparece ese verbo que nos condiciona y nos impide llegar al destino buscado.
Se lleva el lastre de una educación, de una forma de actuar socialmente ya dirigida de antemano, se busca lo que está bien visto por los demás antes que lo bien visto, lo bien sentido, lo conforme por uno mismo. Atención!, el que se atreve hacerlo se le ve como alguien egoísta, que va a su bolo sin pensar en los demás. Falso!. cuántas veces equivocamos el significado de las palabras, el significado de los gestos, el significado de los sentimientos. Muchas veces no está claro a donde se quiere llegar y cuando se consigue saber se presenta el escollo de no saber pedirlo.
Está claro que somos estudiantes de la vida, hasta el final de ella.
En mi adolescencia tuve un profesor que nos enseñaba el " método machaca" para aprender la asignatura correspondiente y salvar el examen. En la vida ese " método" de poco nos sirve si no observamos y comprendemos las señales que nos envía, si no nos hablamos con franqueza a nosotros mismos que al final somos a los que nos podemos hablar con total libertad. Claro que puede ser que nos de miedo la respuesta.

jueves, 9 de mayo de 2013

ESCAPES DE ENERGIA




Mucha veces perdemos energía sin saber que podemos tapar esos agujeros por donde se nos escapa.

Aquí hay algunos de ellos:

1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.



EXPECTATIVAS DEL DIA DE HOY


Cuando nació mi hijo pequeño, estaba llena de ilusiones, de sueños, de ideas que fui tejiendo para que se cumplieran. Quería para mis hijos lo mejor del mundo y desde luego un mundo mejor. Creo que es lo que quieren todos los padres o por lo menos la inmensa mayoría. Siempre hay descerebrados que les da lo mismo todo, pero son una gota en el océano de la paternidad. (Entiéndase paternidad/maternidad)
El tiempo ha pasado y mis retoños dejaron de ser niños y dejaron mis sueños para tomar los suyos, que es lo que debe ser, pero mis sueños seguían ahí y yo seguía trabajando duro para que vieran la luz de la realidad. ¡ Tonta de mí !. Sólo yo tenia esos sueños, que ahora se vuelven contra mí de la manera más cruel.
Dicen los libros de autoayuda que el problema es que los seres humanos creamos expectativas en torno a los demás y que luego cuando no se cumplen nos sentimos decepcionados. Pueden tener razón, pero, ¿qué padre/madre no tiene expectativas en relación a sus hijos?. Yo, soy un claro ejemplo de ello. Luche, trabajé y aguanté carros y carretas por darles lo mejor que tenía, además de mi amor incondicional, porque los quiero más que a mi propia vida, que dicho sea de paso no es tanto, porque a mi vida no la quiero tanto y cuanto.
Intenté darles una educación esmerada y una cultura amplia. Les puse a su alcance todas las herramientas para que pudieran formarse intelectual y culturalmente, porque buena gente ya intenté que fueran y creo que eso, por lo menos, lo he conseguido.
A lo que quiero llegar es al hecho de que, cuando esperas ver a tu hijo formarse, cuando crees que tiene confianza en tí, para hablar de todo, cuando le demuestras con tu forma de actuar que confías en él y que piensas, es conocedor de la realidad de esta sociedad consumista y desbaratada, que tienes fe ciega en él; Llega un día en que te das cuenta que frente a tí, no hay más que una persona que vive alquilada en tu casa, pero que no paga alquiler, que vive su vida sin tenerte en cuenta para nada, pero que sí le tienes que tener en cuenta tú. De la noche a la mañana se convierten en extraños aquellos que amas con todas tus fuerzas y por los que has dado todo y te sientes decepcionado y defraudado porque cuanto tomaron sus sueños a cambio de los tuyos no pensaron que, de alguna manera, podían herirte en lo más profundo y dejarte seriamente dañada, pero eso es un riesgo del mayor sueño del ser humano: Los hijos.
Me siento herida, creo que no merezco esa dureza, o tal vez sí, porque tal vez me equivoqué en tener sueños que no me correspondían a mí, pero sea como sea, al final ellos harán lo que deban o no hacer y yo quedaré esperándolos siempre con los brazos abiertos llenos de ternura y cariño.
Decepcionada, defraudada pero siguen siendo mis hijos y en el fondo me siento orgullosa de ellos, aunque hayan hecho trizas mis sueños.


jueves, 2 de mayo de 2013

EXISTE, NO EXISTE

Debe ser la primavera, porque según dicen, la primavera altera la psique del ser humano. El caso es que yo en primavera me siento bipolar, muy bipolar. En el mismo minuto me como al mundo, como el mundo me come a mí y siento esas ganas irresistibles de esconderme debajo de una baldosa. (Antes debajo de las baldosas se escondía el dinero, hoy en día lo metemos en bolsas de basura).
En el momento en que me siento devoradora de tiempo, ilusiones y sueños, el mundo se me hace pequeño, la gente se me vuelve invisible porque he aprendido que si no la veo es que no existe y por esa razón, aquellos que me dicen lo que no quiero oír, los ignoro. Salgo a la calle como una apisonadora, dispuesta hacer realidad todo lo que sueño e imagino, menos mal que esta fase dura poco. Luego está la contraria, donde me repliego sobre mí misma y por nada del mundo quiero dejar esa tan famosa "zona de confort" y me siento como cuando era pequeñita y buscaba la seguridad de los brazos y los mimos de mi madre, solo que ahora no tengo una cosa ni la otra. En ese momento me escondo en mi sillón preferido, cojo un libro y evito pensar que vivo, entonces respirar ya es suficiente para mí. El mundo sigue sin existir, porque tengo miedo, así que, no miro, no lo veo, no existe. Esta fase también dura poco, ¡¡ menos mal !!.
Pero entre una fase y otra, siento esa desazón que me produce la sensación de estar tan perdida que no sé ni lo que quiero ni lo que no quiero. Que solo deseo que me dejen vivir, que no respirar, que no tenga que luchar día sí y día también con situaciones que para nada quiero ni busco. Que no quiero mirar a cierta gente, ni verla, ni tener que soportarla, porque, desgraciadamente, a esa gente aunque no la quiera ver, sí que existe.

SIENTO RABIA Y ALGO MÁS

Está cayendo una lluvia fina y persistente, lleva lloviendo dos días con sus dos noches y se echa de menos al sol que nos infunde algo de energía y de alegría. No sé como lo hacen en el norte de Europa, para mí el sol es primordial. Será porque desde que nací he tenido más días de sol que de lluvia.
El caso es que está lloviendo y cada vez que me asomo a la ventana veo el cielo plomizo y llorón. Tal vez sea por el efecto que esto causa en mi ánimo o porque en contra de mi norma, ya establecida hace un tiempo, he estado viendo noticias y tertulias en la televisión. Imágenes que siempre me impactaron pero que, inocente de mí, creí que dejaría de ver según los años y los siglos fueran pasando. ¡¡Craso error!!. El ser humano no aprende, ni siquiera memoriza o recuerda las experiencias pasadas.
Todo esto viene a colación de esta foto
Y de esta otra:
Y de miles que podemos ver cada día que nos muestran las miserias a las que llevamos a otros congéneres, sólo por la avaricia y el afán de poder. Es la cara amarga y negativa de un ser que se siente estrella de la creación, qué realmente lo es, pero que solo es capaz de amar lo que puede poseer. ¡¡ Qué pena !!.
Estas fotos nos enseñan casos extremos, pero muy cerca de nosotros, en nuestra propia ciudad, en este mundo de consumo y riquezas también tenemos imágenes que nos abochornan, o por lo menos debería hacerlo. Imágenes que vemos junto a otras en las que se nos muestra esa avaricia, ese afán de poseer, ese patina de humanidad tan falsa que se va en que una sola gota de agua la toca.
Siento vergüenza de pertenecer a una especie tan dañina que es capaz de atacar a sus propia especie y es que yo también atacaría y tendría una imaginación portentosa por dañar a aquellos que roban por tener más y más. Que se aprovechan de quienes confían en ellos y ponen en sus manos el timón del barco de su futuro.
No me vale que me digan que siempre ha habido y habrá pobres y ricos, no, cuando se supone que el ser humano evoluciona hacia su materia más noble. Estoy por pensar que cualquier primate evoluciona más.
Dicen las nuevas filosofías, que hoy en día están muy de moda, que si le pides de corazón al Universo lo que deseas, que si ya puedes visualizar ese deseo, ya lo tienes, pués bien, yo voy a pedir al Universo la capacidad de amar y perdonar a todos mis congéneres, la capacidad de luchar por que todos seamos y nos sintamos de la misma especie, porque si sigo como hasta ahora es muy fácil que yo también termine por ser un individuo más de esta especie destructora y avergonzante. Claro, que también hay seres humanos a los que admirar, pero son tan pocos y arman tan poco jaleo, que pasan desapercibidos. ¡¡ Otra pena !!.
Que el Universo siga dándonos lo que necesitamos, que nosotros ya nos lo iremos quitando los unos a los otros.

lunes, 29 de abril de 2013

TODA LA VIDA IGUAL. UNA NOCHE MAS

Miro el despertador, son las tres y media de la madrugada, hace escasas dos horas que me he acostado y el sueño huye de mi, estoy despierta y el revoltijo de las sábanas me indican que ya hace un tiempo que intento buscar esa posición cómoda donde abandonarme.
Estoy despierta sí, y al mismo tiempo que el sueño huye, miles de ideas, de miedos, de ansiedades, de dudas se ciernen sobre mi pensamiento.
El momento económico es malo, pero también l,o es el familiar, el laboral, el sentimental. Nada fluye como debiera. Todo el mundo anda cabizbajo, sombrío, no se nota la energía, ni la ilusión, ni siquiera las ganas de mirarnos al espejo.
Primer pensamiento: ¿Cuánto hace que no me compro nada?, ¿Cuánto tiempo hace que me visto sin mirar mucho lo que me pongo?. Total, para qué?
Me doy una vuelta e intento salir un poco de la cárcel en la que las sábanas y mi cuerpo se han convertido.

Segundo pensamiento: Este hijo, ¿qué va a ser de este pobre hijo?, van a conseguir que me arrepienta de que haya nacido. Ahora no sé si le he dado la vida, o lo he avocado a un mundo de sufrimiento y penuria.
En todo el fin de semana no ha abierto un libro, no estudia. Los últimos trimestres han sido un fracaso. Todas mis ilusiones, mis esfuerzos se están yendo por el camino de la derrota. Pasa las horas con las llamadas nuevas tecnologías, esas que yo llamo adormecimiento de la mente y de la realidad. El día menos pensado el sofá lo mandará despedido a los aires, cansado de soportar su peso hora tras hora. ¿Qué va a ser de él?, ¿Como insuflarle la rebeldía que late dentro de mí? , el desasosiego de su futuro, de un futuro negro y fuera de sus raices, un futuro sin esperanza. Y él atontándose delante del televisor.

Tercer pensamiento: ¿Qué voy hacer con esa ilusión que nació fuerte, pero que va muriendo, por inanición , poco a poco? Cada vez me cuesta más pasarme por ahí, ver todo en perfecto orden, escuchar el silencio que sus paredes me gritan. Era todo tan sencillo, tan fácil. La gente por lo único que se preocupa es pos su salud. Me decian, aquellos que, ilusos, pensaban más o menos igual que yo. Aquellos que pensaban, como yo, si no te arriesgas nunca lo sabrás. Por su salud, sí, pero prefieren pastillas y más pastillas que los adormezcan, que les quiten los dolores de cabeza, y del alma. Droga química que tiene el cartel de legal y solo sirve para enriquecer a unos cuantos a cambio de humo y muerte.
¿Qué voy hacer con mis ilusiones?

Cuarto pensamiento: Y ahora qué? Todo mi mundo tan enrevoltijado como mis sábanas. Me duele el cuello, y la espalada de las posiciones inverosímiles que voy cogiendo para ver si en alguna quiere Morfeo ser mi compañero. No me importaría mucho que lo fuera eternamente.

Decido levantarme, tomar un vaso de leche caliente con miel. Dicen que atrae al sueño. Tomar un libro y embutirme en historias que no sean las mías. Vaciar mi mente de pensamientos, de sufrimientos inútiles, de ansiedades nocturnas que acaban amargándome los dias.
Son las cinco y media de la madrugada, el sueño no quiere ser mi aliado, pero aún así me acuesto. Echo de menos unos brazos que me tranquilicen. Por fín, viene Morfeo, pesado, cargado de pesadillas y sueños inconexos. Un tintineo se cuela entre esos mundo oníricos. Mi conciencia me hace girar la cabeza en busca de ese sonido. Son las siete de la mañana. El día despierta, lluvioso, triste como mi ánimo. Otro día de lucha sin cuartel, con sueño y sin ánimo más que para esperar nuevamente más de lo mismo. Más miedos, más ansiedad, más inseguridad. Toda la vida igual. Toda mi vida igual.


domingo, 28 de abril de 2013

UN DIA; UN MOMENTO.

Hay momentos en la vida, en ese día a día, que paras, te sientas, cierras los ojos y quieres saber, de golpe, que es lo que haces en este mundo, cual es tu destino, por qué sientes cosas tan dispares, por qué eres feliz una tarde sin más, perdiendo el tiempo, dejándolo pasar minuto a minuto, sin más , y en otro momento te sientes huérfana de todo, te sobran cosas y te faltan abrazos, te sobran posesiones y te faltan besos y sobre todo esos " te quiero" salidos del corazón, sin necesidad, sin miedos, sin vergüenzas.
Me gusta cuando llegan esos días en los que las obligaciones te dan fiesta y puedes dedicarte a pasar por la vida de puntillas, porque precisamente en esos días es cuando más vives, es cuando más presente tienes el "aquí y ahora" y resulta que al final ese tiempo "perdido" es el más aprovechado, porque estás siendo consciente de que las flores te muestran sus colores más brillantes, los pajarillos cantan ruidosamente, yendo de árbol en árbol y de paso te manchan el coche aparcado a la sombra de unos de esos árboles. Incluso te olvidas de la dieta, el peso y todo eso que se ha sacado el mundo de la opulencia occidental y te atreves a saborear una taza de chocolate caliente, con tiras de pan tostado y no sientes ningún remordimiento y piensas lo ideal que sería poderlo compartir con ese alguien especial, ese alguien que te dice "te quiero" desde el corazón, sin miedo, sin necesitarte, pero amándote con el corazón. Una taza de chocolate, con risas, con cariño, con complicidad.
Hay momentos en la vida en que lo más sencillo, lo más cotidiano, lo más simple es la vida en sí y te sientes consciente de ello y en ese momento piensas que no quieres que termine el día, porque en el fondo eso es felicidad.
Felicidad, son tantas cosas y yo he encontrado una de ellas. Felicidad, es un día haciendo lo que te gusta y no las obligaciones que sabes, debes y tienes que hacer.


jueves, 11 de abril de 2013

VIDA ETERNA

- ¿ Cómo alcanzaré la vida eterna ?
- Ya es la vida eterna. Entra en el presente.
- Ya estoy en el presente... O no?
- No
- ¿Por qué no?
- Porque no has renunciado al pasado
- Y, ¿por qué iba a renunciar al pasado?. No todo el pasado es malo
- No hay que renunciar al pasado porque sea malo, si no porque está muerto.
A. de Mello


¿DONDE ESTAS AHORA ?

- ¿ Dónde debo buscar la iluminación?
-  Aquí...
- Y,  ¿cuándo tendrá lugar?
- Está teniendo lugar ahora mismo
- Entonces, ¿por qué no la siento ?
- Porque no miras
- ¿ En qué debo fijarme ?
- En nada. Simplemente, mira.
- Mirar, ¿ qué?
- Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
- ¿ Y debo mirar de alguna manera especial ?
- No. Bastará con que mires normalmente.
- Pero, ¿ es que no miro normalmente ?
- No
- ¿ Por qué demonios.....?
- Porque para mirar tienes que estar aquí. Y casi siempre, no estas.
 Antoni de Mello


martes, 9 de abril de 2013

DIAS Y PENSAMIENTOS

Hay días en los que pensar cuesta. Ultimamente, yo, tengo bastantes de esos. Te cuesta pensar, recapacitar, hacerte las preguntas que den respuestas. Te cuesta levantarte por la mañana y comenzar un día más, luego poco a poco, vas cogiendo el ritmo. Pero el comienzo, cuesta. Me gustaría que mis días fueran de los de fin de semana, sin horarios, sin obligaciones. Poder levantarte y mirar por la ventana, sin querer ver nada especial, sólo observar el día, la meteorología, la gente de la calle, los coches y tener la mente en blanco.
Desayunar sin prisas, sin mirar el reloj, disfrutando de ese momento porque es lo único que tienes en tu cabeza, el pan tostado, la mermelada, ¡ hummmmmm !, rica, natural, con todos sus azúcares, el café humeante y negro, muy negro, doble, para que dure un poquito más. Después, coger un libro y sentarte en el sofá, sin importar las obligaciones, no hay prisa. En ese momento sólo hay vida. Te das cuenta de lo poco que necesitas para estar bien con el mundo y contigo misma. No es necesario tener a nadie con quien "compartir", y es que ese momento no lo quieres compartir.
Más tarde, quizá sí, cuando el sol empiece a subir hasta colocarse en el zenit, y podamos darnos un atracón de su energía, de su calor. Entonces, tal vez, busquemos la compañía de otro ser humano, o, tal vez, no. La soledad también puede ser una buena compañía, porque si somos sinceros con nosotros mismos, la soledad es siempre preferible a la compañía de quienes están contigo porque en ese momento no tienen a nadie más, o de quienes son vampiros de tus ganas de vivir y terminan por agotarlas, de forma que terminas el día sintiéndote mal y cansado. Luego están los que te dicen que eres una persona muy especial, que qué suerte tenerte en su círculo de amistades y luego te abandonan por lo más peregrino que uno puede imaginar o por otra persona "especial". Vamos a ver, especial, ya sabemos que lo somos, pero lo que no somos de ninguna manera es un pañuelo de cuello que te pones según las circunstancias o las tendencias. Resumiendo, tomarse un aperitivo en una terraza, al sol suave de primavera, contigo misma, viendo pasar a la gente y al tiempo que sientes una infinita paz, para acabar de descubrir que los ornamentos florales han sido cambiados y estos nuevos están preciosos con tanta flor y tanto color.
Hay días en los que pensar cuesta, otros, en cambio, los pensamientos están a flor de piel, como los sentimientos que esos pensamientos originan. Entonces procuro dejar la mente en blanco y no pensar. La mayor parte de las veces no merece la pena la cuestión pensada.
Ya, ahora me decís que soy una cabeza de chorlito. Pensar lo que más os guste. La vida está para vivirla, no para pensarla. Hay decisiones que tomamos que traen consecuencias que tal vez no esperábamos, pero que seguro tenían que suceder, pues los aceptas y sigues hacia adelante. En otros momentos a tu vida se añaden personas y situaciones que no tienes muy claro qué hacen ahí. Dales la bienvenida cuando lleguen, pero prepara la despedida para cuando se vayan y sigue viviendo. Eso sí, no pienses. Posiblemente serás mucho más feliz.

sábado, 6 de abril de 2013

COMO SOY

Acéptame tal cual soy
con mis aciertos y mis miserias.
Con estas ganas locas de vivir
como de morir, a ratos

Acéptame tal cual soy
con esta risa desenfadada que me asalta
o con este mar de lágrimas que me ahoga
así, tan loca y tan cuerda, tan yo, tan singular

Abre tus brazos y apriétame fuerte
para que sepa que me admites, así como soy,
tan cálida como una tarde primaveral
y otras veces, tan fría como una noche de invierno.

Recíbeme como ves,
ángel o demonio según la ocasión
fuerte, impenetrable, explosiva
o sumisa, debil ,dominada.

Así, tan tuya y tan de nadie
tan yo, que ninguna persona se me asemeja
tan única y veraz, tan absolutamente yo
comprometida con lo que quiero y amo
libre, como una gacela, en sus pensamientos,
y tan presa como animal en cautiverio
con mis sentimientos.

Acéptame como soy,
mujer que carga con un mundo de ilusiones y frustraciones,
con sueños inacabados,
con un amor inmenso para dar sin límites ni condiciones.

Desconozco a su autora.


viernes, 29 de marzo de 2013

IN MEMORIAN (ANIVERSARIO)

Hoy a amanecido el cielo triste. Las nubes, blancas y plomizas lo cubren por completo y la lluvia hace acto de presencia. Lluvia y viento. Un día desapacible. Un día donde lloran las nubes y lloro yo. Lloro todo lo que no lloré hace un año, tal vez porque durante este tiempo he sido más consciente de la pérdida, del adiós definitivo, de lo que realmente significa la muerte. Estoy casi segura que nuestra propia muerte no es tan traumática.
Hace un año ya, que deprisa pasa el tiempo, y todavía me duele en el alma ese adiós que ninguno queremos pero que nos obligan a decir. Te fuiste de madrugada, en silencio, porque los últimos tiempos de tu vida estuvieron marcados por el silencio, por el sufrimiento. Postrado en la cama, sin voz (un cáncer se la había llevado) sólo tu cabeza funcionaba correctamente y al final ni ella. En tus últimos días sólo eras un corazón que latía y que se aferraba a la vida con uñas y dientes. Pero tu final se acercaba y nada ni nadie podía retenerte.
No recuerdo si el día de tu muerte lucia el sol o estaba nublado, los detalles más grandes, más obvios se me han borrado, o no los vi, pero sí recuerdo tu cuerpo inerte y frío en la cama donde habías estado los últimos meses, la expresión serena y de paz que tenía tu rostro. Yo sólo podía mirarte y besar tu frente en esa madrugada triste de tu marcha. Llamar al médico para que certificara tu defunción, a la funeraria para que realizara todos los trámites pertinentes. Hablábamos como autómatas, tomábamos decisiones como si estuviéramos hablando de un cambio de vivienda. En ocasiones se pierde la consciencia de cual es la razón por la que se están haciendo una serie de cosas. De eso nos damos cuenta un poco más tarde.
Se te llevaron, padre. Tú volviste al comienzo de la vida y tu cuerpo se lo llevaron, como si fuera un elemento viejo y en deshuso que sobrara en la casa. Todavía no había salido el sol y tú ya te habías ido definitivamente de nuestra vida, pero nunca de nuestro recuerdo.
Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, veo claro muchas de las vivencias a tu lado, lo extraños que fuimos el uno para el otro. Nos faltaron tantas,tantas conversaciones. Sólo en los últimos años estuvimos más cerca el uno del otro y ahora siento no haberte escuchado más, no haber hecho más caso de tus indicaciones, de tus consejos. Sabios consejos. En ocasiones me doy cuenta de que la vida me da todo lo que pido y necesito, pero en ocasiones tarde y esta es una de ellas. Empezamos a conocernos tarde y empecé a entenderte tarde y sin embargo te he querido toda la vida.
Hoy hace un año de tu muerte y lloro todo lo que no llore ese día porque, en este preciso momento, me cuesta aceptar que te has ido.
Halla donde estés, descansa en paz y sigue cuidando de mí como lo hiciste mientras vivías.
Hasta siempre, papá.

jueves, 21 de marzo de 2013

A TI, MUJER

Cuando, tú, mujer, hija de la Madre Tierra, te enfrentas sola a todo lo negativo que la vida tiene.
Cuando te niegas a recordar tu vida, porque te duele.
Cuando ves violado tu cuerpo, vaso sagrado donde bebe la vida y tu espíritu, cuna de libertades, de lucha y ternura.
Cuando sólo tu fuerza basta para sacar adelante a los tuyos.
Cuando das la vida, sin ayuda ni asistencia, en cualquier lado.
Cuando calmas el llanto de tus hijos y acallas el tuyo a cambio de una sonrisa en sus labios.
Es entonces cuando la Madre Tierra, llora y sufre contigo. Se rompe en mil pedazos y estalla con furia en contra de sus otros hijos, que aún amándolos te siente a ti como predilecta, porque como ella eres portadora de vida y por eso te da su fuerza y su rebeldía.
Como Ella, eres capaz de sacar las garras con la fiereza del león, cuando de defender a los tuyos se trata, y al mismo tiempo eres dulce, tierna, solícita y te entregas sin dudar a su felicidad..
A ti, mujer, primera dama, luchadora, dueña de libertades sesgadas, a ti, que te han vilipendiado aquellos que te temen porque nada da más miedo que una mujer sin miedo, fuerte como la Madre Tierra
A ti. mi reconocimiento y mi apoyo solidario