UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

jueves, 2 de mayo de 2013

EXISTE, NO EXISTE

Debe ser la primavera, porque según dicen, la primavera altera la psique del ser humano. El caso es que yo en primavera me siento bipolar, muy bipolar. En el mismo minuto me como al mundo, como el mundo me come a mí y siento esas ganas irresistibles de esconderme debajo de una baldosa. (Antes debajo de las baldosas se escondía el dinero, hoy en día lo metemos en bolsas de basura).
En el momento en que me siento devoradora de tiempo, ilusiones y sueños, el mundo se me hace pequeño, la gente se me vuelve invisible porque he aprendido que si no la veo es que no existe y por esa razón, aquellos que me dicen lo que no quiero oír, los ignoro. Salgo a la calle como una apisonadora, dispuesta hacer realidad todo lo que sueño e imagino, menos mal que esta fase dura poco. Luego está la contraria, donde me repliego sobre mí misma y por nada del mundo quiero dejar esa tan famosa "zona de confort" y me siento como cuando era pequeñita y buscaba la seguridad de los brazos y los mimos de mi madre, solo que ahora no tengo una cosa ni la otra. En ese momento me escondo en mi sillón preferido, cojo un libro y evito pensar que vivo, entonces respirar ya es suficiente para mí. El mundo sigue sin existir, porque tengo miedo, así que, no miro, no lo veo, no existe. Esta fase también dura poco, ¡¡ menos mal !!.
Pero entre una fase y otra, siento esa desazón que me produce la sensación de estar tan perdida que no sé ni lo que quiero ni lo que no quiero. Que solo deseo que me dejen vivir, que no respirar, que no tenga que luchar día sí y día también con situaciones que para nada quiero ni busco. Que no quiero mirar a cierta gente, ni verla, ni tener que soportarla, porque, desgraciadamente, a esa gente aunque no la quiera ver, sí que existe.

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