UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

martes, 9 de abril de 2013

DIAS Y PENSAMIENTOS

Hay días en los que pensar cuesta. Ultimamente, yo, tengo bastantes de esos. Te cuesta pensar, recapacitar, hacerte las preguntas que den respuestas. Te cuesta levantarte por la mañana y comenzar un día más, luego poco a poco, vas cogiendo el ritmo. Pero el comienzo, cuesta. Me gustaría que mis días fueran de los de fin de semana, sin horarios, sin obligaciones. Poder levantarte y mirar por la ventana, sin querer ver nada especial, sólo observar el día, la meteorología, la gente de la calle, los coches y tener la mente en blanco.
Desayunar sin prisas, sin mirar el reloj, disfrutando de ese momento porque es lo único que tienes en tu cabeza, el pan tostado, la mermelada, ¡ hummmmmm !, rica, natural, con todos sus azúcares, el café humeante y negro, muy negro, doble, para que dure un poquito más. Después, coger un libro y sentarte en el sofá, sin importar las obligaciones, no hay prisa. En ese momento sólo hay vida. Te das cuenta de lo poco que necesitas para estar bien con el mundo y contigo misma. No es necesario tener a nadie con quien "compartir", y es que ese momento no lo quieres compartir.
Más tarde, quizá sí, cuando el sol empiece a subir hasta colocarse en el zenit, y podamos darnos un atracón de su energía, de su calor. Entonces, tal vez, busquemos la compañía de otro ser humano, o, tal vez, no. La soledad también puede ser una buena compañía, porque si somos sinceros con nosotros mismos, la soledad es siempre preferible a la compañía de quienes están contigo porque en ese momento no tienen a nadie más, o de quienes son vampiros de tus ganas de vivir y terminan por agotarlas, de forma que terminas el día sintiéndote mal y cansado. Luego están los que te dicen que eres una persona muy especial, que qué suerte tenerte en su círculo de amistades y luego te abandonan por lo más peregrino que uno puede imaginar o por otra persona "especial". Vamos a ver, especial, ya sabemos que lo somos, pero lo que no somos de ninguna manera es un pañuelo de cuello que te pones según las circunstancias o las tendencias. Resumiendo, tomarse un aperitivo en una terraza, al sol suave de primavera, contigo misma, viendo pasar a la gente y al tiempo que sientes una infinita paz, para acabar de descubrir que los ornamentos florales han sido cambiados y estos nuevos están preciosos con tanta flor y tanto color.
Hay días en los que pensar cuesta, otros, en cambio, los pensamientos están a flor de piel, como los sentimientos que esos pensamientos originan. Entonces procuro dejar la mente en blanco y no pensar. La mayor parte de las veces no merece la pena la cuestión pensada.
Ya, ahora me decís que soy una cabeza de chorlito. Pensar lo que más os guste. La vida está para vivirla, no para pensarla. Hay decisiones que tomamos que traen consecuencias que tal vez no esperábamos, pero que seguro tenían que suceder, pues los aceptas y sigues hacia adelante. En otros momentos a tu vida se añaden personas y situaciones que no tienes muy claro qué hacen ahí. Dales la bienvenida cuando lleguen, pero prepara la despedida para cuando se vayan y sigue viviendo. Eso sí, no pienses. Posiblemente serás mucho más feliz.

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