UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

sábado, 5 de mayo de 2012

SOLTAR AMARRAS

Volver a ser tú mismo, ¿te imaginas soltar amarras?
Es tiempo de soltar amarras. Aquí dejo todo lo que me hace daño. Es tiempo de ser más fluidos con la gente. Conmigo mismo.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine y me sacuda. Que se lleve el resentimiento. Que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mí mismo. Yo ya me regañé bastante.... Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino. Y los puentes dinamitados.
Para autocastigo ya estuvo bien. Elijo el camino de la aceptación. Es más barato. Acepto y entiendo que merezco empezar de cero. Con alma transparente y espíritu tranquilo. En este tiempo nuevo, lo que ha de ser será. Entiendo que por más que me angustie no agregaré un centímetro a mi estatura.
Jesús tenía razón. Es tiempo de relajarme. Dios no me está juzgando. Así que, ¿por qué habría de hacerlo yo?
Es hora de levar anclas. De liberar cosas, de soltar gente. Nadie tiene que ser como yo quiera. Así están perfectos. Así ha funcionado hasta ese momento de su vida. ¿Qué mejor prueba podría pedir para convencernos?
Me dedico a atender lo mío. A refundarme. Viene bien tirar lo que ya no sirve. Perdonar.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero. Tener razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir el universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre y menos en la apariencia de este mundo convulsivo. Me dejo ir. La vida me conduce.
En este tiempo quiero un corazón joven, que brinque de gusto con las chicharras que anuncian el día cuando éramos niños. ¿Te acuerdas? Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles. De ver en el cielo un milagro pintado de azul. Y no sueño un día más. Llano y simple.
Es tiempo de soltar amarras y maravillarme. He estado demasiado ocupado para ver las estrellas. Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire. Me ama lo suficiente para mantenerme vivo. ¿Qué mejor prueba de amor? Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir.
Elijo controlar mis propios demonios. Es más. He decidido darles vacaciones. Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas, de dejarme en paz.
De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa. Qué estupendo es cuando no pides cuentas. Cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores. Quiero ser más justo. La vida no es un tablero de ajedrez, ni las personas caballos o alfiles.
¿Trato a la gente como me gustaría ser tratado?
Quiero y necesito un buen principio. Y seguir así indefinidamente. Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo. Te pido una disculpa. Yo ya me perdoné. ¿Podrás hacerlo tú también? Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora. Te obliga a caminar sin excusas. Sin nadie a quien echarle la culpa de nada. Pero definitivamente es el camino al cielo.
Nada es casualidad. No hay accidentes en el mundo de la voluntad. Elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aunque ni siquiera nos hayamos visto. Elijo creer que estamos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos. En la gente.
Deseo que Dios te llene de bendiciones. Si sueltas tus amarras tendrás las manos libres para recibirlas.
No te tardes.

 



1 comentario:

  1. Aunque cueste, hay que soltarlas. ¡Ánimo, y adelante, si quieres, puedes!

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