UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

lunes, 20 de agosto de 2012

PIEDRECILLAS

Cada día, la vida, nos va colocando pequeñas piedrecillas en el camino y nosotros vamos tropezando en ellas, una trás otra, como si esa fuera nuestra única misión en este mundo y además de tropezar las maginifcamos hasta tamaños fuera de toda norma´. Es así como el ser humano se hace una extensa colección de problemas y sinsabores que termina por amargarle lo que al principio nos fué dado como camino de suave hierba, con pequeñas piedrecillas.
Si la vida la queremos sencilla, nos da todo aquello que necesitamos y con un pequeño esfuerzo, lo tenemos todo. Claro que si la queremos complicada, podemos hacer un bucle, doble bucle y doble bucle mortal y entonces, llega lo que llega y tenemos lo que tenemos, una vida complicadísima que no sabemos por donde cogerla, donde prima terminar la carrera para tener un buen puesto de trabajo, que luego se traduce en interminables horas de trabajo para obtener una remuneración abultada que nos permitirá comprar una maravillosa casa con jardín, que no tendremos tiempo para disfrutar, un coche de alta gama, que tampoco podremos saborear su conducción, ya que iremos stresados, corriendo y tarde a todos los sitios. Podremos tener unos hijos, que no veremos crecer, que nos perderemos sus primeras sonrisas, sus primeras palabras, sus primeros pasos y ellos se perderan todo ese cariño que somos capaces de darles, si primero somo capaces de frenar ese maremagnun de bienestar ficticio que nos da el dinero y por el cual habremos perdido cientos de amaneceres y de atardeceres junto a los amigos, junto a esa persona especial, junto a nosotros mismos. Habremos perdido esas horas de juegos y de risas que sólo los niños son capaces de darnos. Habremos perdidos esas horas de tertulia donde lo importante no es el tema del que se habla, si no todo lo que nos enriquece, todo lo que damos, todo lo que recibimos y el contacto con personas afin a nosotros.
Al final, todo lo que nos queda de aquella vida que nos dieron, es la soledad y tal vez una fría sala de hospital donde intenten impedir que nuestro corazón se pare ante tanta locura o con suerte, una vejez triste, con penosos recuerdos y si acaso una memoria perdida en los vericuetos que hay entre ficción y realidad.
Visto lo visto, yo prefiero, si he de tropezar y tal vez caer, reirme y seguir caminando. Por cierto hoy veré el atardecer y me llenaré de sus colores y de la calma con la que pasa el tiempo. Este atardecer no me lo quitará nadie, ni siquiera una piedrecilla y lo guardaré en el rinconcito de la memoria donde guardo los momentos agradables. Por cierto, tengo que ampliar ese rinconcito, porque se va quedando pequeño. Doy gracias por ello.

2 comentarios:

  1. De eso está hecha la vida, niña!!! Un saludo.

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  2. En algunos momentos no son piedrecillas, son rocas!!!!!!. Un besete
    Nieves

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