UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

jueves, 26 de marzo de 2015

PENSAMIENTOS DE HOY

Hace días que no escribo. No porque no tenga nada que contar, en mi cabeza bullen las ideas, las palabras van solitas formando frases y los sentimientos afloran por doquier, pero la energía me abandona con cierta frecuencia, más bien, la malgasto con cierta frecuencia en otros vericuetos que, realmente, no estoy segura merezcan la pena. Internet y las redes sociales me dan la facilidad de asomarme al mundo con un espectro tan grande, que pierdo la noción del tiempo y de la realidad más cercana, en definitiva la que considero que más vale la pena disfrutar.
Es verdad, que las redes sociales nos dan la oportunidad de entablar conversaciones, cambios de opiniones , etc... con personas que no conocemos, muchas veces están a mucha distancia, en otros mundos y que posiblemente nunca conoceremos en persona, pero que sí conocemos esa parte que nos muestran y que en algunos casos difieres mucho de la realidad. Pero ahí estás tú, inmersa en un dime y digo, dejando que el tiempo vuele y olvidando a las personas que en otro tiempo formaron parte de tu círculo, de tu vida. Y es que, al final,haces corto de día para poder interesarte por sus vidas ya que tu mente está en la red.
Claro, que llega un momento en que, por arte de los duendes eléctricos y de las hadas de la fibra óptica que sin saberlo muy bien un día deciden hacer huelga, tú te encuentras en que la ventana que se abre al exterior está cerrada, sin posibilidad alguna de abrirse hasta que se solucione el problema que ha ocasionado este cierre. Y ahí te encuentras tú con la realidad, pura y dura y echas mano de lo que puedes para contactar con algún ser humano o sencillamente entras en trance y piensas que podrías aprovechar este tiempo extra para poner en orden los papeles amontonados, la ropa que espera estoicamente a la plancha o sencillamente bajar al bar que hay debajo de tu casa (todos tenemos uno, si no debajo, al lado) e intentar entablar conversación, real, con algún espécimen tan perdido como tú. Y justo en ese momento, te das cuenta, de que lo de la gran ventana está muy bien, de que la fuerza de las redes sociales es inmensa, de que amigos-conocidos tienes sin tiento, pero que una conversación con un café, o una cerveza de por medio, no tiene comparación alguna. Primero porque no es lo mismo hablar que escribir. Segundo, las palabras dichas mirando a los ojos, tiene el valor de la certeza y tercero, tu cuerpo te lo agradece infinitamente ya que te mueves, tus ojos se distraen en cualquier dirección y el aire que te da, o el sol, o la luna, o lo que haga en ese momento, te quita los malos pensamientos y las telarañas que te forma el maldito ordenador.
Espero que cuando vuelva a casa, siga sin funcionar la tecnología, porque realmente, me siento mucho mejor ahora. Estoy pensando que voy a regalar el ordenador y me voy a cambiar al móvil más antiguo que conservo. ese que solo te permitía hacer y recibir llamadas y que tenía la sana costumbre de apagar cuando llegaba a casa.
No sé si podré aguantar un par de horas en modo "desaparecida", pero por intentarlo que no quede. Ahora me siento con más fuerza, con más energía.

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