Parece mentira, pienso que fué ayer cuando entré por última vez en esta página donde vuelco mis ideas, mis sentimientos, mis días, en definitiva donde vuelco mi persona hacía vosotros, amigos de la Red, y ya ha pasado un mes. Trenta días en los que no he dicho nada, y la cantidad de cosas que me han pasado, y de pensamientos y de risas y de lágrimas. De conocerme y de encontrarme y volverme a perder. Porque de eso debe tratar la vida. Tú quieres encontrarte, conocerte, aunque solo sea para caminar un poco más segura y de repente todo cambia, todo se trastoca, ya no eres quien pensabas, y el mundo se ha puesto "patas arriba" y ahí estás tú, otra vez, buscandote. Total, que la mitad de tu vida te buscas y la otra la duermes. Estoy pensando que no se cuando vivo. Tal vez vivo cuando de repente, en la noche, me despierto y me asomo a mi ventana para poder ver un cielo oscuro y estrellado y pienso en lo afortunada que soy, porque en ese momento no soy cosciente de que me busco y de nada de esas historias, y sigo mirando la quietud de la noche, la calma, el silencio y esa belleza que se muestra de puntitos brillantes sobre la seda suave y negra de la cúpula celestial.
Me gusta recordar momentos así, amaneceres donde los colores animan y caldean el alma, música que te trae a la mente esa persona especial que quieres o que tienes a tu lado. Son esos pequeños momentos los que de verdad valen la pena vivirlos. La sonrisa de tus hijos, los brazitos de tus nietos, alrededor del cuello, sentir otra vez la inocencia de la infancia y reir con ellos, jugar con ellos.
La vida es eso, pequeños momentos donde sientes de verdad, donde sueñas de verdad, donde todo lo que hay en tu alrededor es para tí de verdad.
La vida se forma de pequeños sorbos.........de paz, amor, armonia y libertad a partes iguales.
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