UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

domingo, 12 de enero de 2014

LAS PRIMERAS PALABRAS DEL AÑO

Este año parecía que las palabras no querían salir de mi interior.  ¡Estaban tan cómodas!. Pero algo las ha hecho saltar, tal vez un cúmulo de situaciones, un cúmulo de otras palabras leídas, un cúmulo de noticias que me bombardean y que al final han conseguido saltar las barreras de protección que yo tenía colocadas.
Tantos cúmulos me han superado y debo soltar toda la rabia, el inconformismo,la desidencia y el desaborregamiento que empieza a nacer en mí.
Empezaré por decir alto y claro que somos una sociedad banal y fatua. Una sociedad donde el acomodo, el no esfuerzo, la envidia, el aparentar ser lo que no se es y sobre todo el vivir de cara a la galería están haciendo que hayamos perdido el verdadero sentido del ser humano.
A mi alrededor hay personas que unas enfermedades mentales ocasionadas por querer tener problemas inexistentes les están deshaciendo la vida. ¿Cómo se puede tener por verdadero problema el que fulanito o fulanita no me hace caso, o bien, el vaquero de cuando tenía cinco años menos no me entra?, por poner un simple ejemplo. Porque ejemplos de ese calibre los vemos todos, todos los días a poco que escuchemos o visitemos las redes sociales. Una sociedad en busca del mundo perfecto, en busca de la felicidad utópica, desde luego mirando a nuestro ombligo o para otro lado, pero sin ver lo que de verdad es el milagro de la subsistencia diaria.
No es necesario irnos al tercer mundo, o a las zonas en conflicto bélico, verdadera vergüenza del siglo XXI. Sólo necesitamos abrir los ojos a la realidad cercana y dejar que las banalidades de los "sálvames" de turno no nos llenen la cabeza de vidas ajenas, vacías y muchas veces motivadas por el bien económico de unas carteras que necesitan estar llenas para que sus dueños o dueñas no sientan la vaciedad en la que levitan.
No es necesario ir gritando que buscamos la felicidad, cuando realmente no la sabemos ni siquiera reconocer, porque la felicidad que buscamos está en el tener, cosas o personas. En la dura posesión y a poder ser, más que los demás. Dinero y poder, las grandes tragedias de algunos por el afán desmedido de otros. Los ladrones no son esos maleantes desarrapados, esa gente que intentamos excluir de todas las formas posible de nuestro lado. Hoy en día los ladrones son "gente honrada" , vestida de traje y corbata. Gente que llena restaurantes de estrellas michelin. Gente que se nos presenta como modelos de triunfo a imitar. Gente que nos sonríe y se nos acerca, cuando necesitan de nuestro beneplácito momentáneo para seguir con su lucro. Gente que, si fuéramos con los ojos más biertos, renegaríamos de ellos y de sus vidas cómodas y de colorines.
Cada uno sabe qué es su felicidad, pero desde luego nunca será felicidad si es a costa de acaparar material, perdiendo el sentido de lo espiritual.
Entiendo que el mero hecho de poder llenar un plato de comida, dignamente, de poder pagar la casa que nos cobija y tener lo necesario para cubrir nuestra desnudez, ya es motivo de sonreir. Si a eso le añadimos personas que nos quieran por nosotros mismos, como somos, física y moralmente, tal vez, podamos ir perfilando lo que es ese sentimiento que tanto buscamos.
Entre tanto, siempre nos quedarán los prozac y sustancias afines que adormecerán nuestra mente. Siempre nos quedarán esos seudopsicólogos de pandereta que nos ayudarán a pasar el trance y que de paso nos llevarán a su terreno, tan vacío como el que pretendemos dejar, o esas redes sociales donde ser lo que no somos para que nos digan lo maravillosos que somos y la cantidad de "amigos" que tenemos.
En fín, que cada uno busque, de verdad, donde encontrar esa paz en este mundo acomodado y de pandereta que nos ha tocado vivir. Por mi parte, creo, que he encontrado esos momentos en los que vivir vale la pena, precisamente cuando he dejado de buscar fuegos fatuos y de artificio.
No quiero que mi cuerpo maduro sea como el de una adolescente. No quiero tener a mi lado personas que sólo vean lo exterior. No quiero tener más de lo que necesito, porqué así he encontrado el verdadero bienestar y se acerca en silencio la felicidad.

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