UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

miércoles, 1 de octubre de 2014

UN MARCO DE FOTOS, UN OLVIDO

Amanece un nuevo día. Cada día tarda más en ver la luz. El otoño avanza y con él esta sensación de abandono, de soledad deseada e impuesta a la vez. Hay muchos tipos de soledad y la que siento ahora no me gusta. Me levanto con pocos deseos de hacerlo, pero debo hacerlo. Mi primer pensamiento, siempre el mismo, es para ti. Miro el marco de fotos que descansa sobre el tocador, vacío, inerte, muerto. Pensé que quitando tu fotografía me ayudaría a olvidarte antes, pero no se pueden eliminar los sentimientos con la misma rapidez que eliminas una imagen. Cada mañana tu gesto serio, ausente, tu voz ronca, tu olor corporal que tanto conozco por formar parte de mi propia piel, todo ello lo siento cerca de mi, como si no te hubieras ido, como si la ausencia fuese solo por unas horas, por unos días, un viaje como tantos otros de los que realizabas. Pero esta vez no volverás, hace mucho que no volviste y en tu lugar me dejaste esta soledad que atenaza, aunque no quiera, cada poro de mi piel, cada rincón de mi alma. Es otoño y te extraño. Nada más.
Las calles se llenan de hojas muertas, hojas en otro momento verdes, fuertes, mecidas por el viento, dejándose llevar por el momento, pensando que la primavera puede ser eterna. Esas hojas son como tú y yo, y ahora ya hemos pasado el otoño y yo sigo aquí en un triste invierno esperando siempre la primavera que no llega porque tú no estás.
Dejo de mirar al vacío que me muestra ese marco de fotos de fondo neutro y con la poca energía que me queda me acerco a la ventana, la oscuridad solo rota por la luz de las farolas que iluminan la calle no presagia la llegada del nuevo día y sin embargo sé que en pocas horas el sol brillará y el bullicio se hará dueño, nuevamente, de este silencio.
Entiendo la metáfora, ahora lo veo claro. Estoy en esa noche larga que no termina, o eso parece. En el fondo, junto con esa soledad que me ha dejado tu despedida, tu silencio y ese marco vacío, siento la imperiosa necesidad de creer que  llegará ese nuevo día, ese sol que brille nuevamente en el horizonte, esa vida que llenará el marco de fotos que una vez tuvo tu imagen, ese y diez más, de escenas en color, en risa, en primavera.
El otoño va pasando lentamente, tú también, aunque el paso duela y tras el invierno que ahora siento llegará la primavera del amor, de las caricias, de la vida.
Me pongo una bata por los hombros, siento frío, aunque no lo hace. Miro nuevamente todo lo que hay encina de mi tocador y lentamente cojo el marco de fotos, lo acaricio mientras una lágrima resbala rebelde por mi mejilla. Abro el último cajón y lo escondo debajo de todo, en un rincón. Otra estrategia más. La radio-despertador se pone en marcha, como todos los días a la misma hora. Suena una canción de Luis Eduardo Aute. De alguna manera tendré que olvidarte. Estamos en otoño y en eso estoy yo, en olvidarte.
P.I.

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