UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

martes, 9 de octubre de 2012

LO QUE HOY SIENTO

Recibo un bombardeo constante de frases y pensamientos, positivos, filosóficos, irónicos. Unos profundos, otros llenos de esa sabiduría que te dan los años, los golpes de la vida, la madurez y en cierto momento el cansancio y el hastío de una lucha que no tiene destino final. Sin quererlo, todo este bombardeo va dejando huella en mi mente y en ocasiones me hace reflexionar y empezar a cuestionar, si todo lo anterior era malo y lo de ahora bueno o sencillamente que todo es tan viejo como el ser humano, que no hemos descubierto nada, pero que, sí habíamos perdido el norte y también el sur, el este y el oeste en una sociedad abocada al consumismo, al egoísmo, al apartarte tú que me pongo yo, a tener todos los derechos, incluidos los de avasallar al de enfrente, pero ninguna obligación. A cambiar el amor a las personas, por el amor al dinero, al poder, a ser más y estar por encima de los demás. Evidentemente esto tiene que explotar por algún sitio y en eso está y al ser humano de la calle, al trabajador sin más, al que le pusieron la miel en la boca y luego le dieron una patada, le ha cogido con el paso cambiado y el "culo al aire", siendo pagano de los desmanes ajenos, quedándose con la boca abierta y viendo como la cucharada de miel se la comen otros.
En todo este batiburrillo de vida, de cambios, de crisis, de miedos, de esperanzas nunca perdidas, de fe incierta, en este" no se qué sucederá mañana", cuando creía a ciencia cierta que el día de mañana lo tenía todo planificado, mi mundo se desmorona, al tierra se abre bajo mis pies y un terremoto de sentimientos, de pensamientos, de dudas y certezas, me hacen temblar de miedo. De un miedo que solo lo salva la determinación de que tengo la vida para vivirla, para tomar sus riendas y empezar a caminar sola, de la misma manera que llegué a este mundo, pero con la certeza de que si entonces tuve unas manos, un pecho, un corazón donde sentir seguridad, ahora no está. Que tengo que tener fe en esas manos amigas que se me tienden, pero que no tengo la certeza de que, si cuando haya tocado fondo, seguirán estando ahí.
Dicen que es en las crisis dónde los fuertes salen a flote, donde las ideas emergen sin dificultad, donde la imaginación y la creatividad se hacen dueñas del momento. Espero que así sea. De momento un stunami está azotando mi vida y no me queda otra que agarrarme fuerte a mis sueños e ilusiones y dejar que todo vaya volviendo a la calma, para dejar de sentir miedo y empezar a mirar al futuro con los mismos ojos y el mismo espíritu con los que observo al arco iris después de la gran tormenta. y sobre todo no perder nunca la creencia de que, aunque soy única, si los demás salen adelante yo, también lo conseguiré. Pero mientras tanto, no me queda más que reconocer que siento miedo, como cuando era niña, a la oscuridad de la incertidumbre.

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