UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

jueves, 26 de junio de 2014

UN MOMENTO DECISIVO.

Lo sabías. Lo sabías y no querías engañarme. Cogiste la puerta y la cerraste tras de ti sin decir nada. No sospeché que sería la última vez que te viera con vida. Tú que habías encontrado nuevamente la vida.
Cuando sonó el teléfono estaba en la ducha. No lo cogí. Pensé, como hago casi siempre, que serían los comerciales de a saber que empresa intentado convencerme de algo que no me interesaba en absoluto, y seguí con mi ritual para alejar ese malestar que me había dejado en el alma nuestra última discusión. Cada vez eran más frecuentes. Cada vez eran más lacerantes, más dañinas, más destructivas.
Volvió a sonar nuevamente el teléfono. Esta vez sí lo atendí, desganada, como por obligación. La voz me salió sin fuerza, neutra. Quería demostrar a quién estaba al otro lado del hilo telefónico que lo que me iba a decir no me interesaba para nada. Cuando anunció de donde era la llamada y quién me llamaba mi cara pasó al blanco níveo en décimas de segundos y un nudo nefasto se instaló en la boca del estómago. Me costaba respirar según me iban hablando. Mi mente intentó registrar todos los datos.
- Sí, soy yo. ¿Donde ha sido?, ¿Y ahora?. Sí, claro. Tomo nota. ¿Está vivo?. Ya, claro, no lo sabe. Gracias. Gracias,por todo.
Oí el sonido de la llamada cortada. El sonido intermitente se colaba hasta mi cerebro, pero no era consciente. Me quedé con el teléfono pegado a la oreja. El bolígrafo que había empleado para anotar la dirección del hospital cayó de mis manos al dejar de hacer presión en él. Un mundo de imágenes pasaron por mi mente. Imágenes y palabras en un desconcierto total. Quería llorar, pero el sock había secado el canal de las lágrimas.
El sonido de las llaves en la cerradura de la puerta me devolvió al presente. Volví la cara hacia la puerta y entonces un mar de diminutas lágrimas empezó a surgir de mis ojos. Me levanté y lo abrace con fuerza. Otra experiencia más. Otro momento de la vida. Todo empezaba a ponerse en movimiento. Mi cabeza también.
Con la tranquilidad que pude, le puse en antecedentes. Transmití aquello que me habían transmitido a mí.
- Un golpe seco, se le cruzó un coche. Sí, mal herido. No han querido decirme más. Posiblemente esté muerto. Habrá que ir al hospital. Tengo sueño. No te preocupes, todo saldrá bien. La vida seguirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario