UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

viernes, 7 de noviembre de 2014

UNA GENERACION PERDIDA

Últimamente tengo muy a menudo un sentimiento, mezcla de rabia, inconformismo, impotencia y pena, cada vez que veo a un joven con la mirada perdida y una extraña quietud en momentos y horas en que precisamente debería de estar en plena actividad creadora, formadora o laboral. Tal vez lo esté, pero sin ilusión, sin fe, sin futuro. Me duele verles, preparados, muy preparados (se nos llena la boca con esas palabras) o tal vez menos, pero igualmente parados, muy parados, estancados y perdidos en un mundo que ellos no han formado, que simplemente reciben de nosotros, y que lo hacen en un estado de desmembración, de inutilidad, de "sálvese quién pueda" y del tan español "ande yo caliente y ríase la gente" que algunos han llevado hasta el extremo de quedarse con la ilusión y el futuro de las generaciones venideras. Claro que sus vástagos descendientes están bien cubiertos por el ladronerío y chulesco proceder de sus progenitores. Cuervos que crían cuervos, pero que no les sacan los ojos porque les cubren sus riñones muy bien, a costa del esfuerzo de los demás.
En ocasiones, mi imaginación veo, como ya hartos de tanta papanatería, de tanto chorizo, de tanto ladrón al que mantener y a los que les hemos dado cobas pensando que eran mejores y más listos que nosotros, digo, veo como el pueblo llano, sus jóvenes sin esperanza, al grito de ¡Basta ya! nos revelamos y cortamos por lo sano este cáncer social que nos corroe y nuestros jóvenes pasan a ser los que dirigen un país donde la igualdad verdadera en la justicia, en la educación, en la sanidad se impone. Un país donde el esfuerzo y el trabajo son la verdadera máquina que nos lleva al progreso real, en una velocidad real, mantenible y sobre todo a una sociedad con un bienestar, basado en tener cubiertas las necesidades de alimentación, casa, salud y educación, una sociedad donde la palabra felicidad no es una utopía, ni está basada en el tener por tener, amasar por amasar, quedarme con lo mío y con lo de los demás sin esfuerzo, solo por se quien soy, estar donde estoy y "porque yo lo valgo".
Por la parte que me toca, pido perdón, por no haberme revelado antes, por permitir dejar a esta juventud una sociedad enferma, por el borreguil acto de seguir consignas falsas mientras creía vivir en un mundo de verdad, adelantado y próspero. Creo que nada nos tienen que agradecer estos hijos e hijas a los que les hemos dado una infancia fácil y ramplona, para que cuando llega la hora de abandonar el nido encontrarse con un vació bajo sus pies y al resto mirando para otro lado, negándoles así el porvenir al que tienen derecho por el simple hecho de haber venido a este mundo sin que ellos lo pidieran.
Maldigo mil veces, esa generación de papanatas en la que nos hemos convertido los que creímos que íbamos a cambiar al mundo y nos lo íbamos a comer. Bueno, algunos sí se lo han comido, y la indigestión la sufrimos los demás.
Lástima de generación perdida. Lástima de juventud cercenada. Lástima de mundo, al borde del abismo por la mayor lacra que pueda haber, poder y avaricia. Lástima.......

No hay comentarios:

Publicar un comentario