UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

jueves, 13 de septiembre de 2012

AMANECER

Me gusta ver amanecer, estrenar el nuevo día, antes de que lo mancillen todas las cosas negativas con las que los seres humanos machacamos el regalo que se nos hace cada venticuatro horas. Cuando estoy en mis montañas, ver como la claridad de la luz asoma por entre los picos escarpados y va inundando poco a poco el cielo y las casas, auyentando las sombras y rescatando de la negrura de la noche cada elemento que me rodea.
En la playa es un poco´diferente, el sol asoma por el horizonte, como un niño pilluelo que ha hecho una travesura y también me deja al descubierto las suaves olas del mar, la soledad de la arena, el velamen de los barcos, suavemente mecidos por el vaiven del agua. La calle empieza a despertar, y en poco tiempo salen los más madrugadores, para poder gozar de esa tranquilidad que poco a poco, se irá perdiendo por el ritmo del día a día.
Desde mi terraza, con vistas al mar, observo lo que pasa en la calle, desierta todavía, de vez en cuando pasa algún coche, furgonetas de reparto que empiezan su labor. Se van sumando poco a poco, los que cuidan su salud y su cuerpo, haciendo deporte, y en bicicleta o corriendo a un suave ritmo, empiezan a tomar la calle, veo también a perros que acompañan a sus amos y la calle se va llenando de luz y de vida. El sol se ha hecho dueño de las sombras y muestra su mejor cara. El embrujo del amanecer se ha perdido. Otro nuevo día a nacido y yo dejo mi punto de observación, para unirme a los que han tomado la calle, la playa y recorrerla dejando que las suaves olas que mueren en la arena mojen mis pies, mientras los pensamientos quieren tomar parte de este momento; No les dejo, los observo y los noto como se diluyen, despacio, sin ruido, uno trás otro. En este momento no son importantes, porque lo que de verdad merece la pena, es gozar de las sensaciones que el presente me regala, el resto, los problemas, las personas, cercanas o lejanas, las noticias, el tráfico, nada, abosolutamente nada importan. Este día también tendrá venticuatro horas y mañana tendré el regalo de otro amancer, si así lo tiene mi destino escrito.

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