UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA

UNA FORMA DE MIRAR LA VIDA
mirando a la vida

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡ VIVA EL SILENCIO !

Hoy por hoy, todo lo tenemos legislado, hasta para romperte la cabeza tienes que pedir permiso, adjuntando las solicitudes pertinentes y con los modelos que la administración de turno, ha confeccionado. Si no lo haces así, atente a las consecuencias y si además se te ocurre hacerlo en horario laboral (ten cuidado que ese tramo del día solo está para que produzcas, aunque sea mala sangre), ya ni te cuento lo que puede sucederle al incauto de tu jefe. Claro que si solo hablamos de quedarnos sordos, ahí ya, tenemos diferentes escalas y versiones.
Si el sonido que llega a tus virginales oídos proviene de tu reproductor de música, en un volumen tal, que no solamente lo oyes tú, si no, que también mueven los pies o la cabeza todo ser vivo que se encuentre a tres metros de tí, las autoridades sanitarias ter advertirán de que ese exceso de decibelios es perjudicial para tu salud auditiva, pero que allá tú si necesitas después los servicios de GAES (o sease audífonos).
Si todos esos decibelios locos se producen en tu puesto de trabajo, eso es intolerable, y hay que poner unas sustanciosas sanciones al gerente empresarial, por no cuidar la salud de sus trabajadores y facilitarles unas hermosas y ergonómicas orejeras para que no sufran ni ruido, ni frío en el invierno.
Claro está, que si todo ese ruido ensordecedor y malsano, se produce porque un taladro neumático o de percusión, o como diablos se llamen, que tanto me da, está rompiendo el asfalto de la calle porque por enésima vez hay que abrirla para que metan en su interior kilometros de tuberias, cables de teléfono, luz, y etc...que además no se sabe muy bién porqué demonios no lo preveen y lo hacen todo al mismo tiempo, eso ya es otro tema; Como diría un militar, son daños colaterales (la frase está últimamente muy de moda). Si ese ruido te molesta, lo soportas con resignación, porque aunque tus nervios y tus oídos esten a punto de estallar, se trata de trabajo y ahora eso es algo dificil de encontrar.
Lo mismo sucede, cuando llega la época de la poda y en ella estamos, que sacan todos los artefactos sonoras y no me estoy refiriendo precisamente a las motosierras, o ¿que me decís de los aviones F14 ó F18 ó Flo que sea, que llegan a la pista de aterrizaje rompiendo la barrera del sonido y de paso, tus tímpanos.
Hay que comprederlo, todo son daños colaterales que debemos sufrir estóicamente, porque para eso nos facilitan la vida, nos cuidan los parques y las zonas de arbolado o hacen reconocimiento aéreo para que podamos rompernos la crisma en condiciones y en paz y no chapuzeramente como solemos hacerlo. Claro que puestos a rompersela, por lo menos oír como lo hacemos. En fín, vivimos en un mundo de ruidos. ¡Viva el silencio!.

1 comentario:

  1. Qué me vas a contar, que tengo los albañiles en casa,jajja.Oye niña, puedes poner en este blog algún cuadro tuyo? sería chulísimo. Besicos, Pepi

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